Estados Unidos tiene hace varios meses bajo la mira a las empresas chinas ZTE y Huawei. La investigación se basaría en la supuesta vinculación entre las compañías con el gobierno chino, y la posibilidad de que sus equipos escondan algún tipo de sistema de espionaje. Estas dudas han llegado ahora a un nuevp nivel, con la recomendación de la Comisión de Investigación del Comité de Inteligencia del Congreso de no usar los equipos de estos fabricantes.
Ambas compañías fueron llamadas para aclarar sus supuestos vínculos con el gobierno chino, que les entregaría grande subvenciones para abaratar los precios de mercado y captar nuevos clientes globales.
No obstante, según el organismo estadounidense, ninguna de las empresas lograron despejar sus dudas durante sus declaraciones sobre las acusaciones de incumplir normas de inmigración ilegal, violación de patentes y derechos de autor en cuando a software y sería específicamente esto lo que los llevó a recomendar no comprar estos equipos.
“Sobre la base de la información disponible, reservada y no reservada, no se puede confiar en que Huawei y ZTE estén libres de la influencia de un estado extranjero, y por ello presentan una amenaza para la seguridad de Estados Unidos y nuestros sistema”, concluyó el organismo.
Esta decisión es sumamente importante para las firmas, ya que podría significar una importante baja en ventas para ambas. Esto es primordial, si tenemos en cuenta que Huawei es en la actualidad el segundo fabricante mundial de equipos para equipos mientras que ZTE, en tanto, ocupa el quinto lugar.
Hasta el momento las declaraciones del organismo estadounidense siguen siendo solamente recomendaciones y no una resolución final. De todas formas, las empresas involucradas ya se han referido a este conflicto. William Plummer, portavoz en Washington de Huawei, comentó a través de un comunicado que esta decisión afecta a los empleados estadounidenses de la compañía.
Paralelamente, el Ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno de China, Hong Lei, también ha comentado los dichos del organismo indicando que espera que el Congreso de Estados Unidos trabaje por el beneficio de las relaciones comerciales entre su país y EE.UU., sin tener en cuenta únicamente sus necesidades propias.