La Audiencia Nacional española condenó hoy a 161 años de cárcel al que fue uno de los máximos dirigentes del aparato militar y logístico de la banda terrorista ETA, Eneko Gogeaskoetxea, por un atentado frustrado contra un cuartel de la Guardia Civil en Comillas (norte) en agosto de 1997.
Gogeaskoetxea ya fue condenado por la Audiencia Nacional por la comisión de varios atentados, uno de ellos el cometido también en 1997 durante la inauguración del Museo Guggenheim en Bilbao, en el que intentó asesinar al rey Juan Carlos I y acabó con la vida de un agente de Policía.
En la sentencia se considera probado que Gogeaskoetxea colocó tres granadas cerca del cuartel de la Guardia Civil en la localidad de Comillas “con la finalidad de matar a cuantas personas hubiere en el acuartelamiento y provocar su destrucción”, unos hechos por los que la Fiscalía pedía 172 años y medio de cárcel.
Finalmente, el tribunal ha decidido imponerle 14 años de cárcel por once delitos de asesinato terrorista en grado de tentativa (154 en total) y a otros 7 años por un delito de estragos en grado de tentativa.
Para condenarle, los magistrados se apoyan en la documentación, enseres y huellas dactilares “pertenecientes a Eneko” hallados en el caserío en el que convivía con Kepa Arronategi, ya condenado por estos hechos, así como en el “gran número de explosivos” que había en la vivienda “a la vista” y por la huella dactilar que se encontró en el vehículo sustraído para perpetrar el atentado del Museo Guggenheim.
De este modo, la Sala considera probado que el 19 de agosto de 1997 el comando Katu, integrado por Gogeaskoetxea y Arronategi, colocó un artefacto compuesto por tres granadas de tipo cohete y de un calibre de 83 milímetros, que introdujeron en un tubo dispuesto para su lanzamiento hacia la fachada del cuartel.
Cada granada contenía 450 gramos de pentrita, por lo que tenía capacidad de penetrar hasta 300 milímetros de acero de blindaje y 1.000 milímetros de hormigón.
Los terroristas confeccionaron un dispositivo de iniciación del artefacto formado por un reloj despertador y tres bombillas de flash fotográfico que daban inicio a la deflagración que provocaba el lanzamiento de las granadas.
Sin embargo, el plan no salió porque una de las granadas tenía mal soldado un cable y el lanzamiento de las otras dos fracasó, ya que los percutores de las granadas no presionaron lo suficiente en los pistones de los dispositivos.
En el momento ideado para la explosión, había un total de 11 personas en las inmediaciones del cuartel, todos ellos agentes de la Guardia Civil o familiares, que sufrieron daños psicológicos a consecuencia del atentado frustrado.
Considerado un experto informático y uno de los máximos responsables de ETA, Gogeaskoetxea fue detenido en Cambridge (Reino Unido) en 2011, desde donde fue extraditado a España y condenado, si bien anteriormente había sido arrestado y también condenado en Francia.
En España acumula una condena de más de 150 años de cárcel como responsable de varios atentados.