WASHINGTON (AP) — Colaboradores cercanos y aliados leales que hicieron posible la reelección de Barack Obama están intentando algo que no se ha visto antes: construir una extensa y acaudalada red de grupos externos y firmas de consultoría con el objeto de promover la agenda del presidente y dar forma a su legado.
Dos meses después de que comenzara su segundo mandato, Obama enfrenta fuertes vientos en contra de legisladores republicanos y una nación dividida mientras trabaja para sacar adelante una ambiciosa agenda.
Por eso sus colaboradores están lanzando un extenso esfuerzo independiente del gobierno, el Partido Demócrata y grupos liberales tradicionales para crear una red de influencia afuera de la Casa Blanca que pueda recaudar apoyo para las políticas de Obama, con más flexibilidad de lo que permite estando adentro.
“Sólo se puede cambiar desde afuera”, dijo Obama sobre Washington a la mitad de su campaña para reelegirse, en un reflejo de la frustración que caracterizó su primer mandato y su actual desafío de convencer a los republicanos de que vean las cosas a su manera.
Pasadas las elecciones, los leales a Obama —desde estrategas de campaña hasta gurús de internet y gente con influencia— están movilizándose nuevamente para dividir la agenda presidencial en partes más pequeñas y lanzar iniciativas enfocadas en el cuidado a la salud, la creación de empleos y la política electoral.
El eje de este esfuerzo es Organizing for Action (Organizarse para la Acción), un grupo sin fines de lucro dirigido por ex asesores de Obama que básicamente transformó la campaña para reelegir al demócrata en una máquina política de apoyo a las iniciativas del presidente. En las primeras etapas, el grupo está recaudando millones de dólares de donantes grandes y pequeños por igual y ganando respaldo para temas como el control de armas y una reforma migratoria.
El OFA, lidereado por Jim Messina, el ex asesor de la Casa Blanca que encabezó la campaña de Obama en 2012, cuenta con varios ex colaboradores. Se prevé que David Plouffe, quien hasta febrero fue el principal consejero de Obama, se una a la mesa directiva pronto.
Los lazos cercanos de OFA con el Ala Oeste de la residencia presidencial y su control sobre los recursos de lo que fue la campaña han hecho surgir dudas sobre dónde acaba el grupo sin fines de lucro y dónde comienza la Casa Blanca.
El grupo controla la extensa lista de correos electrónicos de Obama y también su cuenta de campaña en Twitter, que tiene 27 millones de seguidores y frecuentemente publica mensajes que incluyen enlaces con la página de internet del gobierno.
Como entidad libre de impuestos, Organizing for Action está sujeto a límites estrictos sobre su actividad electoral y ha informado que no se involucrará en elecciones. La organización acepta donativos ilimitados de particulares y empresas, pero planea dar a conocer el nombre de sus donantes.
El hecho de que reciba financiamiento corporativo es un cambio: muchos de los mismos operativos involucrados con OFA alguna vez fueron fuertes críticos, junto con Obama, de las entidades con mucho dinero financiadas por empresas que surgieron después de que una serie de fallos judiciales, especialmente en el caso del grupo conservador Ciudadanos Unidos, suavizaran las restricciones a las donaciones de dinero con fines políticos.
El acuerdo también generó críticas a la Casa Blanca por la idea de que los contribuyentes, a cambio de apoyar a los grupos, podrían tener acceso especial a Obama, a diferencia de la gente común. El secretario de prensa de la presidencia Jay Carney ha sido cuestionado varias veces sobre si a quienes recauden 500.000 dólares o más para OFA se les prometió reuniones trimestrales con el presidente, una aseveración que han rechazado la organización y la Casa Blanca.
“Cualquier idea de que hay un precio para reunirse con el presidente de Estados Unidos, simplemente está mal”, ha dicho Carney. Dijo que se espera que Obama se reúna con grupos que promueven su agenda y que la existencia de OFA es “perfectamente apropiada”.
OFA y organizaciones más pequeñas pueden coordinarse con la Casa Blanca sobre los mensajes y las tácticas. El portavoz declaró que funcionarios del gobierno podrían presentarse en eventos de la entidad, pero no estarán recaudando dinero.
Pero cuando Organizing for Action pida un cheque a los asistentes a sus actos, estarán compitiendo con una creciente lista de facciones pro Obama que hacen llamadas a un limitado grupo de donantes demócratas.
Business Forward, una organización comercial que surgió hace tres años, ha facilitado encuentros entre empresas y funcionarios del gobierno de Obama y está acelerando operaciones como un contrapeso liberal a la Cámara de Comercio, que tiene una tendencia más conservadora. Business Forward está financiada por dinero corporativo y no pudo beneficiarse de los cofres de la campaña electoral de Obama en 2008 y 2012.
Más de 50 empresarios pagarán 25.000 ó 50.0000 dólares al año para estar involucrados y participarán en reuniones entre funcionarios y líderes de empresas grandes y pequeñas. Entre sus afiliados están AT&T y Microsoft, Citi, Comcast y Facebook.
“El objetivo es traer a más gente al proceso y ayudarles a decirle a Washington cómo crear empleos y acelerar nuestra recuperación económica”, dijo Jim Doyle, presidente de Business Forward.
En materia de salud, la ex funcionaria de la Casa Blanca Anne Filipic tomó hace poco el control de una organización sin fines de lucro llamada Enroll America, que planea un extenso apoyo para que la gente se afilie al seguro médico bajo la reforma de salud de Obama, una parte clave de su legado.
Otro equipo de ayudantes incluye al estratega electoral Jeremy Bird y a Mitch Stewart, encargado de la campaña en los estados más disputados, quienes formaron la consultoría 270 Strategies. En Texas, el proyecto Battleground Texas tiene como meta hacer más competitivos a los demócratas en un estado con tendencia republicana.
Aunque no hay un grupo que coordine formalmente los esfuerzos, las organizaciones externas aliadas con Obama convocan a encuentros regulares y conferencias telefónicas. Los representantes comparan notas sobre estrategias, prioridades y presupuestos.
Esta forma independiente de operar propicia que se traslapen las tácticas, mensajes y personal. Por ejemplo Blue State Digital, fundada por el estratega digital de la campaña Joe Rospars, ofrece la misma plataforma tecnológica que usan OFA y Battleground Texas.