BONAO.-No hay duda, el pasado sábado 17 de diciembre quinientos millones de lágrimas le brotaron a la luna al conocerse de la muerte del héroe nacional Mayobanex Vargas y Vargas, que era el único de los participantes en la gesta de Constanza, Maimón y Estero Hondo que, desafiando el tiempo, permanecía vivo.
Vargas se le escapó milagrosamente a la sangrienta dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, a la cual combatió en su juventud con las armas en las manos pero los achaques de salud, a lo mejor generado por las tensiones y los estreses de aquellos años, más las persecuciones, las torturas y los sufrimientos, aceleraron su partida de esta tierra.
Su muerte la comparo con la del comandante Fidel Castro, líder a quien este dominicano siempre admiró, ya que el líder cubano sobrevivió a la lucha guerrillera en la Sierra Maestra y luego a más de 600 atentados. Sin embargo, murió en su cama el 26 de noviembre pasado.
Mayobanex, uno de los primeros jóvenes dominicanos en alistarse a la expedición del 14 de junio de 1959, llegó junto a otros 54 expedicionarios a Constanza el 14 de junio en un intento de “tomar el cielo por asalto”.
De los 196 expedicionarios que participaron en la incursión, sólo sobrevivieron 6; dos cubanos: Delio Gómez Ochoa y Pablito Mirabal, y cuatro dominicanos: Gonzalo Almonte Pacheco, Francisco Medardo, Mayobanex Vargas y Poncio Pou Saleta.
Del grupo solo sobrevive el comandante Delio Gómez Ochoa, quien ostenta la doble ciudadanía, es decir la dominico-cubana. Pablito Mirabal, paradójicamente, fue muerto años atrás por un rayo cuando se encontraba en un parque.
Los dominicanos que lograron escapársele a la dictadura fueron muriendo en distintas épocas de achaques de salud. De los más recientes en fallecer fue Pou Saleta, quien era nativo de Santiago.
Vargas, mientras tanto, mantuvo una vida activa después que fuera liberado pero no hace tanto se le detectó un cáncer en el estómago que hizo metátesis en el hígado, por lo que recibía tratamiento médico. Su salud se agravó en los últimos días hasta que su corazón dejo de latir el sábado último.
Como un rayo
Lo noticia sobre la muerte de Mayobanex, aunque ciertamente se esperaba debido a sus condiciones físicas, cayó “como un rayo” en esta localidad cibaeña y en todo el país.
unque en vida quizás pocos se lo demostraron, pero se trataba de un hombre querido y admirado en todos los estamentos nacionales con excepción, claro, de aquellos que vino a combatir y combatió hasta el final de sus días.
Los medios tradicionales y las redes se llenaron de inmediato de notas en las que diferentes sectores y hombres y mujeres del pueblo, externaban su profundo dolor por la partida física de este hombre el cual mantuvo su sencillez y su humildad y que jamás traicionó los ideales que lo llevaron a luchar contra la dictadura trujillista y que siempre participaba en las actividades donde había causas justas que defender, entre ellas la de Loma de Miranda.
El pueblo responde
Al correr las horas del sábado, el pueblo de Bonao se sumió en un duelo profundo. La Alcaldía y su Consejo de Regidores mandaron, mediante resolucion, a suspender las actividades festivas y a que la Bandera ondeara a media asta.
Cientos de personas acudieron a la vivienda de los Vargas y más tarde, cuando el cadáver fue expuesto en la funeraria Los Amapolos, por allí desfilaron hombres, mujeres y niños para rendirles homenaje y testimoniar su pésame a la familia.
A Santo Domingo
Al otro día, es decir el domingo 18, los restos fueron trasladados a Santo Domingo para ser expuestos en la Funeraria Blandino por donde pasaron desde el presidente de la Republica, Danilo Medina, líderes políticos, de izquierda, del centro y la derecha, hasta gente del pueblo. El gobierno decretó tres días de duelo.
El lunes 19 el cadáver fue llevado a la sede la Fundación Héroes de Constanza, Maimón y Estero Hondo, donde hubo un sentido homenaje de sus antiguos camaradas y compañeros. Se destacó la presencia de Leandro Guzmán, Narciso Isa Conde, Max Puig y otros conocidos luchadores revolucionarios de ayer y de hoy.
Ciudad se paralizó
En horas de la tarde de este día, el ataúd conteniendo los restos de Mayobanex fue, de nuevo, traído a Bonao para las honras fúnebres finales. La ciudad prácticamente se paralizó.
El cortejo fúnebre, antes de llegar a la iglesia San Antonio de Padua, recorrió varias calles de la localidad y decenas se agolpaban en los frentes de sus viviendas y establecimientos para rendirles homenaje.
Patrullas motorizadas de la AMET así como miembros de la Policía Nacional escoltaban el cortejo y controlaban el tránsito en las bocacalles para permitir avanzar hasta la iglesia.
Un hombre de Dios
Allá le esperaban cientos de personas que se congregaron para la misa de cuerpo presente, la cual fue encabezada por el obispo emérito de La Vega monseñor Antonio Camilo, secundado por varios sacerdotes.
Camilo, en la homilía, destaco las cuales que adornaron al antiguo luchador antitrujillista, del que era amigo cercano. Tanto, que hasta en las horas finales de su existencia lo mando a buscar para que le aplicara “los santos solios”, que se aplica a lo moribundo.
“Se trataba de un hombre de Dios, sencillo y lleno de amor por su pueblo, por su patria”, sostuvo el prelado católico mientras era escuchado atentamente por la multitud que abarrotaba por completo el tempo.
Un momento solemne fue, cuando antes de iniciar la misa, se interpretaron las notas de los himnos Nacional y del 14 de Junio. El primero estuvo a cargo de la Banda Municipal de Música, de esta ciudad, y el segundo se colocó grabado. Al final escucharon palabras de agradecimiento a nombre de la familia a cargo de Isabel Vargas.
Honores militares
Cuando un hombre bueno muere, el cielo de abre, dijo en apóstol de la libertad cubana José Martí, y esto justamente ocurrió a la salida del cortejo hacia el cementerio Caracol, ubicado en las afueras camino a Juma.
Lagrimas del cielo caían sobre Bonao porque la naturaleza no quiso quedarse indiferente en este día. El cortejo avanzo en medio de profundos testimonios de cariño y respeto del pueblo. Unidades de la AMET y la PN encabezaban el recorrido.
En más de una esquina fue observada la presencia de mujeres portando la Bandera Nacional. Otros lanzaban flores al paso de la caravana. Frente al camposanto, estaban los miembros del Ejército para los honores militares correspondientes.
Honor y gloria eterna, Mayobanex
Tras estos actos, el cortejo siguió la marcha cuando ya las sombras de la noche comenzaban a vestir de luto la zona. La lluvia arreciaba por momentos lo que obligó a los presentes a buscar refugio incluso bajo las lapidas. Una carpa, colocada de antemano, salvo la situación.
Allí hubo un acto breve donde hablo un hermano de Mayobanex, a nombre de la familia. Marcelino Vargas pronuncio un panegírico donde exalto las virtudes y méritos de su familiar fallecido. Luego se procedio a su entierro definitivo.
Esto se realizó con el toque de corneta y disparos de fusilería lo que le correspondía a Mayobanex como héroe nacional que es. Las precipitaciones arreciaban, pero nada impidió la solemnidad del acto final.
Las que caían eran parte de las 500 millones de lágrimas que se le desprendieron a la luna al apagarse los latidos de este dominicano, al que no le importó arriesgar su joven vida, para liberarnos de las garras de una dictadura que se repartía el país y que ahogaba en sangre las ansias libertarias del pueblo.
Mayobanex Vargas vive ya que, como bien lo apuntara el apóstol Martí, la muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida, y él la supo cumplir más allá de lo imaginable. Honor y gloria eterna para este héroe de la patria.