Redacción Internacional, 27 jul (EFE).– Los choques ocurridos en El Cairo en las últimas horas entre partidarios del depuesto presidente Mohamed Mursi y la policía han provocado la reacción de la comunidad internacional, que ha condenado el uso de la fuerza y ha llamado a la calma entre las partes.
La responsable de la política exterior de la Unión Europea, Catherine Ashton, lamentó las muertes producidas en los disturbios, que según el Ministerio de Sanidad egipcio son 65 y que los Hermanos Musulmanes sitúan en 66, y pidió a las autoridades interinas que garanticen unas manifestaciones “pacíficas y ordenadas”.
La jefa de la diplomacia europea expresó su “preocupación” por los últimos acontecimientos, según el comunicado difundido por la UE, en el que pidió a todos los implicados “que se abstengan de la violencia” y se ajusten a los principios de unas “protestas pacíficas y no violentas”.
Los derechos humanos, incluidas las libertades fundamentales de asociación y expresión, “deben ser respetadas”, añadió Ashton, que insistió en la idea de que “la confrontación no es la solución”.
El ministro británico de Asuntos Exteriores, William Hague, condenó el uso de la fuerza contra los manifestantes en Egipto y pidió la liberación o imputación de los detenidos tras la destitución del presidente Mohamed Mursi el pasado 3 de julio.
“Estoy profundamente preocupado por los acontecimientos ocurridos en Egipto y condeno el uso de la fuerza contra los manifestantes, que ha llevado a la pérdida de vidas”, afirmó en un comunicado el jefe de la diplomacia británica.
Hague pidió “contención a todas las partes” y llamó “al diálogo”, advirtiendo de que “es la responsabilidad de los líderes de todos los bandos tomar medidas para reducir la tensión”.
En la misma línea se expresó el Gobierno de España, que lamentó “profundamente” el alto número de víctimas mortales y heridos, y cuestionó el “excesivo uso de la fuerza” como método para resolver la grave crisis que vive Egipto.
En un comunicado, el ministerio de Asuntos Exteriores español consideró que es esencial “dejar de usar la calle” como espacio de confrontación política y recuperar el diálogo y la negociación para evitar una escalada de la violencia y avanzar en la transición democrática.
España reiteró la vigencia de las conclusiones del Consejo de Asuntos Exteriores de la Unión Europea del pasado 22 de julio, en las que se instó a las autoridades interinas de Egipto a liberar a su presidente derrocado, Mohamed Mursi, así como a todos los prisioneros políticos.
Francia, por su parte, pidió a todas las partes implicadas, “especialmente al Ejército”, que “muestren calma” y lamentó el alto número de víctimas registrado en los disturbios.
“Hay que hacer todo lo posible para evitar una escalada de violencia”, indicó un portavoz del Ministerio francés de Exteriores.
París invitó a las partes implicadas a “que busquen un compromiso para que surja pacíficamente una solución política y que se organicen en el más breve plazo posible las elecciones, en conformidad con los compromisos adquiridos por las autoridades egipcias de transición”.
El Gobierno alemán, que, por medio de su ministro de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, expresó su preocupación por los últimos hechos acaecidos en Egipto, pidió hoy a las autoridades de ese país que permitan la celebración de manifestaciones pacíficas y que hagan lo posible para evitar una nueva escalada de la violencia.
“El futuro de Egipto solo puede configurarse a través del diálogo, no con la violencia”, manifestó el jefe de la diplomacia germana.
Por su parte, la ministra italiana de Asuntos Exteriores, Emma Bonino, expresó su “más firme condena” por la escalada de violencia y pidió que comience lo antes posible “un diálogo serio” entre las distintas fuerzas políticas tendente a la reconciliación.
“No existen atajos o alternativas a una negociación política seria de carácter integrador entre todas las fuerzas políticas, a cuyos líderes se les debe permitir la plena libertad de movimiento y de expresión”, agregó.