Algunos conductores dijeron que habían tenido que esperar casi 24 horas para cargar combustible, por lo que la gente ha estado tomando siestas en los capós de sus vehículos o en la parte trasera de sus camiones. Con el tanque casi vacío y atascada en la fila, la doctora en enfermedades infecciosas Yoli Urdaneta comentó que no ha podido cumplir con su turno para tratar a los pacientes. “Tengo cuatro días intentando surtir gasolina y no he podido”, se lamentó.