Los jóvenes no desean trabajar en grandes compañías como Facebook, Google o Amazon porque es muy difícil y costoso innovar en ellas y prefieren emprender en proyectos pequeños, según el cofundador de Netflix, Marc Randolph.
“Google y Facebook y Amazon no son empresas en las que los jóvenes quieran trabajar. Se están yendo de esas empresas que tienen miles de empleados. Ahí no se puede innovar. Se puede en grandes proyectos que requieren muchísimo dinero, como coches sin conductor, pero la innovación real se está produciendo en sitios muy distintos”, explicó en una entrevista con Efe.
Randolph, que creó Netflix en 1997 junto a Reed Hastings, dedica ahora su tiempo a asesorar a jóvenes que dan los primeros pasos con sus empresas: “La innovación está por debajo de la superficie. Yo estoy ahí y lo veo en decenas de miles de empresas cada vez más, cada año”.
Aunque reconoce que las megacorporaciones tecnológicas son sólo un puñado, desdeña considerar que sea el tamaño lo que haga “contar” a una compañía y descarta la idea de que exista concentración de la innovación en pocas manos.
“Hay miles de empresas en todas partes, es realmente increíble. La innovación no está concentrada en esas grandes empresas”, aclaró.
El emprendimiento emerge porque, según Randolph, es más fácil, más rápido y más barato montar empresas -y hay más dinero que nunca para ello, agrega-.
“Desde luego no todo el mundo vale para ser empresario ni está destinado a ser un empresario de éxito, pero si decimos que sólo pueden intentarlo aquellas personas que sabemos que lo van a hacer bien, serán sólo tres”, aseveró.
El directivo negó que exista una burbuja del emprendimiento porque las inversiones sean más modestas que antaño.
“En las anteriores burbujas, al menos en las que yo he visto, entraba mucho dinero en cosas que no tenían ningún contenido. Ahora las cosas son mucho más racionales, hay pequeñas sumas de dinero que se dedican a cosas que pueden parecer alocadas, pero una vez suben al siguiente nivel de inversión pueden demostrar que tienen un producto que encaja con el mercado”, dijo.
Randolph relató que hace años, cuando estaba en Netflix, las inversiones para intentar algo nuevo no bajaban de los dos millones de dólares y de un esfuerzo de seis meses. Ahora todo es más rápido y se pueden probar cosas “por cero dinero”.
“Uno de los equipos con el que trabajo son dos jóvenes que están intentando poner en práctica sus ideas y dedican dos semanas a cada una. En un periodo de ocho o nueve meses han tratado de poner en marcha una docena de ideas y finalmente una funcionó. Antes podías apostar por una sola idea y te quedabas sin tiempo ni dinero para ir a por más si fracasabas”, explicó.
El experto en emprendimiento, que pronunció hoy una conferencia durante la presentación de un nuevo MBA del Instituto de Empresa, es “optimista” sobre la marcha de la innovación en Europa, aunque cree que aquí “va a llevar más tiempo” que en Estados Unidos.
“Ser empresario es sexy. No sé por qué es así, pero es así. Los jóvenes ven a los empresarios como algo que quieren ser cuando se hagan mayores. (…) Además, ya no hay fronteras en internet y eso no hay forma de evitarlo”, apuntó.
El empresario, que lleva diez años fuera de Netflix, elige y “supervisa” proyectos de jóvenes emprendedores de muy diverso tipo para ayudarles a ganar tracción: desde una empresa que hace pantalones muy cortos para hombres a una de análisis de datos y a otra que pone en contacto a empresas de construcción con otras de maquinaria.
“Creo que yo tengo talento para empresas pequeñas que están empezando y no para las grandes empresas que ya han tenido éxito. Reed -Hastings, el consejero delegado de Netflix- hace bien las dos cosas”, afirmó.