Donald Trump y Hillary Clinton han dado por abierta la pelea por la Casa Blanca, el primero con la tarea de que el Partido Republicano esté “orgulloso” de tenerlo como candidato y su rival demócrata con la mira puesta en ganarse a los seguidores de Bernie Sanders, reacio a suspender su campaña.
Clinton tuvo el martes su gran noche, con victorias en cuatro de los seis estados que celebraban primarias, incluido el más poblado, California, y una doble celebración: la de su virtual nominación a la Casa Blanca y la de ser la primera mujer que encabeza la candidatura presidencial de uno de los dos grandes partidos de EE.UU.
El hecho de que Clinton tenga opciones reales de convertirse en la primera presidenta en los más de dos siglos de historia del país “es un gran avance” y todos los estadounidenses, tanto demócratas como republicanos, “deberían estar orgullosos”, valoró hoy el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry.
Pero la campaña de Clinton por la candidatura, iniciada en abril de 2015, ha sido más larga y dura de lo que muchos pensaban, y todavía queda el obstáculo de atraer a los millones que han votado por el senador Sanders, especialmente jóvenes, para acudir con confianza a las elecciones de noviembre.
Sanders, que ganó el martes en Dakota del Norte y Montana, subrayó desde la ciudad californiana de Santa Mónica que mantendrá activa su campaña hasta la convención nacional del Partido Demócrata en julio en Filadelfia.
“Vamos a luchar duramente para ganar las primarias en Washington D.C. (las últimas y que serán el 14 de junio), y luego llevaremos nuestra lucha por la justicia social, económica, racial y medioambiental a Filadelfia”, indicó Sanders ante sus simpatizantes.
El senador prevé estar hoy en Vermont, su estado, pero el jueves tiene programado un acto de campaña en Washington, así como una reunión con el presidente Barack Obama en la Casa Blanca.
De acuerdo con la Casa Blanca, Obama espera hablar con Sanders de “cómo construir sobre el extraordinario trabajo que él ha hecho para involucrar a millones de votantes demócratas” y aprovechar ese entusiasmo “en las próximas semanas y meses”.
Obama habló anoche tanto con Sanders como con Clinton, a quien se espera que apoye oficialmente en cuestión de horas o días.
Dos de los principales apoyos de Sanders en el Congreso, el senador Jeff Merkley (Oregón) y el legislador Raúl Grijalva (Arizona), le aconsejaron hoy que “es hora” de pensar en la unidad del Partido Demócrata y aceptar que la candidatura de Clinton es algo inevitable.