San Diego.- Cinco personas deportadas de EEUU acudieron hoy a la frontera para solicitar un permiso humanitario que les permita volver a territorio estadounidense y reunirse nuevamente en el país con sus familiares, quienes los acompañaron en este trámite ante las autoridades migratorias.
Como parte del movimiento “Reunificación Familiar, No Deportaciones”, los cinco inmigrantes llegaron a la garita de San Ysidro, en la frontera entre Tijuana (México) y San Diego (California, EEUU), en compañía de sus familiares residentes en Estados Unidos para ser entrevistados por autoridades estadounidenses.
“No queremos seguir separados, es nuestro derecho que estén con nosotros. Yo soy una ciudadana norteamericana y ya no me voy a quedar callada”, dijo Cecilia García, madre de cinco hijos y quien hizo el viaje desde Chicago (Illinois, EEUU) para exigir el regreso de su esposo, Hugo Enrique Velazco, quien fue deportado en 2012 tras vivir 27 años en el país.
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Rex Chambers, a su vez, condujo desde Michigan en compañía de sus dos hijos para acompañar a su esposa Angélica, quien firmó una salida voluntaria del país para regularizar su estatus migratorio en México y una vez en Ciudad Juárez se le impidió regresar a casa.
El hombre, quien es ciudadano estadounidense, lamentó que cuando se habla de unareforma migratoria no se incluya a personas que fueron deportadas y que quizá hubieran calificado para permanecer en el país.
“Hay tantas familias separadas y pareciera que siempre se excluye (a las personas deportadas) de cualquier ley de migración, es algo deprimente”, señaló Chambers, quien lleva casado por 14 años.
“Hemos intentado diferentes formas (para que ella regrese) y aquí estamos hoy. Esta es nuestra última opción”, aseveró.
Las consecuencias de la separación familiar
Los cinco deportados solicitan un permiso temporal para entrar al país y que permita la reunificación con sus familias, argumentando las dificultades que han atravesado a consecuencia de esta separación, tales como problemas médicos y psicológicos, entre otros, explicó el abogado Alejandro Amar Kannan.
Aunque cada uno de los casos es diferente, señaló que de otorgarse lo que se conoce como “parole humanitario”, este puede renovarse una vez que la persona regrese al país.
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El movimiento recibió el respaldo de la activista Elvira Arellano, quien también hizo el viaje desde Chicago para apoyar a las familias.
Fue precisamente el año pasado, cuando esta defensora de los derechos humanos logró regresar a Estados Unidos tras haber sido deportada en 2007, siguiendo un proceso similar al que ahora enfrentan estas familias.
“Hace un año decidí cruzar y solicitar mi entrada con un permiso humanitario y hace unas semanas lo cambiamos por asilo, estamos recabando toda la evidencia y vamos a pelear en la corte para poder quedarme en Estados Unidos”, indicó la activista.
Señaló que ahora, su lucha es por poder reunir nuevamente a más familias. “Hoy decidieron levantarse, cruzar y solicitar su entrada legal al país”, dijo.
“Necesitamos que se apruebe una reforma justa e incluyente y, por ello, me refiero a que incluya a las personas que han sido deportadas”, agregó.
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Una vez que las cinco personas deportadas entraron para ser entrevistadas por oficiales de inmigración, sus familiares permanecieron en espera de alguna respuesta a las afueras de la garita del lado estadounidense.
Dicha resolución “podría tardar horas o días” dependiendo de cada caso, adelantó el abogado que representa a cuatro de las cinco familias.