Londres, 21 oct (EFE).- Científicos estadounidenses han descubierto un mecanismo en el ADN que funciona como una especie de “reloj biológico” que puede medir la edad de los tejidos y los órganos y que ayudaría a entender el proceso de envejecimiento, informa la revista “Genome Biology”.
Según esta investigación, a cargo de expertos de la Universidad de California, en Los Ángeles (EEUU), el reloj muestra que si bien muchos tejidos sanos envejecen al mismo ritmo que el cuerpo en su conjunto, algunos lo hacen más rápido o más lentamente.
Los investigadores creen que desentrañar su funcionamiento ayudará a entender el proceso de envejecimiento y también a desarrollar fármacos para controlarlo.
“Sería muy emocionante desarrollar intervenciones terapéuticas para reajustar el reloj y con optimismo mantenernos jóvenes”, dijo Steve Horvath, profesor de genética de la Universidad de California, a cargo de esta investigación.
Para su análisis, Horvath evaluó el ADN de casi 8.000 muestras de 51 tipos de tejido y células del cuerpo, pero en particular observó cómo la metilación, un proceso natural que modifica químicamente el ADN, varía con la edad.
El reloj biológico se acelera en los primeros años de vida hasta los 20 años, luego reduce su velocidad y mantiene un ritmo continuo, según la investigación, que indica que aún se desconoce si los cambios en el ADN causan el envejecimiento.
“El desarrollo del pelo gris es una marca de envejecimiento, pero nadie podría decir si causa envejecimiento”, agregó Harvath.
Este reloj biológico ha revelado resultados particulares, pues las pruebas de los tejidos sanos del corazón muestran que su edad biológica es de unos nueve años más joven de lo pensado, mientras que los tejidos mamarios femeninos envejecen más rápido que el resto del cuerpo.
“Los tejidos mamarios femeninos, incluso los sanos, parecen más viejos que otros del cuerpo humano. Esto es interesante teniendo en cuenta que el cáncer de mama es el cáncer más corriente en las mujeres. Además, la edad es uno de los factores de riesgo del cáncer, de modo que este tipo de resultados podrían explicar por qué el cáncer de mama es tan corriente”, añadió Horvath.