El Gobierno cubano prevé contar este año con el primer prototipo de máquina cosechadora de marabú, el cual se fabricará en un polígono industrial de China, dijo este jueves a la agencia oficial Prensa Latina el director general de Ingeniería Agropecuaria del Ministerio de Agricultura, José Suárez.
El modelo fue diseñado por ingenieros cubanos en 2015 y se fabricará a partir de la evaluación de tres tecnologías diferentes de cosechadoras de marabú, que han sido probadas en terrenos de Camagüey y Ciego de Ávila.
De acuerdo con Suárez, “después de las pruebas que se realicen en Cuba con ese prototipo, se producirá en la planta de combinadas de Holguín el modelo definitivo de cosechadora de marabú que operará en los campos de la Isla”.
En las evaluaciones de esas máquinas, según sostuvo el funcionario, han participado especialistas del Instituto de Investigaciones de Ingeniería Agrícola, y de los Grupos Empresarial Azucarero y Agroforestal.
Esta máquina corta el marabú sin dañar el suelo y permite aprovechar toda su biomasa, reduciéndola a astillas óptimas para usar en generación eléctrica, según sus creadores, los profesores Rafael Leyva y Enrique Calzadilla, de la Universidad de Camagüey.
El prototipo “Leyca 1150” nació a partir de una cosechadora de caña de azúcar de tecnología soviética, que desde hace decenios se fabrica en la provincia de Holguín.
El marabú (Dichrostachys cinerea) es originario de África y Asia, y a mediados del siglo XIX fue introducido en Cuba y otras islas del Caribe.
Se trata de un arbusto de unos cinco metros de altura, con troncos macizos de hasta 18 centímetros de diámetro, de madera muy dura.
Sus ramas espinosas forman entramados impenetrables, y su rápida propagación y crecimiento, incluso en terrenos irregulares o poco fértiles, lo hacen ocupar grandes extensiones.
En 2007, se calculó que el marabú ocupaba 1,3 millones de hectáreas en la Isla, cerca del 20% de la tierra cultivable y que cubre buena parte de los costados de los 530 km de carretera entre La Habana y Camagüey.
Asumida esta desgracia, los cubanos descubrieron que su madera era excelente para adornos de jardinería, así como para la elaboración de utensilios de cocina y para hacer carbón vegetal.
Pero primero hay que cortar el arbusto, labor que se ha venido realizando principalmente de forma manual, con machete, por lo que despejar un predio de una hectárea, toma varios meses a un campesino.
Según los especialistas, su carbón da un fuego azul, casi sin humo ni cenizas, y la tonelada cuesta alrededor de unos 300 dólares en el mercado internacional.
En 2017 la empresa estatal Cubaexport exportó carbón de marabú a EEUU, en la que se convirtió la primera exportación cubana a EEUU en más de 50 años.
El Gobierno cubano también exporta carbón vegetal, principalmente de marabú, a Italia, Canadá, Portugal, España, Francia, Grecia, Alemania, Bélgica e Israel, entre otros países.
Según historiadores, Camagüey fue la provincia por donde penetró el marabú en Cuba a mediados del siglo XIX, cuando la Isla todavía era colonia española.