SANTO DOMINGO. Los pasos que ha dado la República Popular China para incrementar sus relaciones comerciales en América Latina y el Caribe se afianzaron en la II Reunión Ministerial del Foro China-CELAC, celebrada en Chile, donde recibieron un espaldarazo de los dominicanos.
En ese escenario, los chinos no sólo se abrieron en procura de nuevos intercambios y diálogo político, sino que contaron con un abierto apoyo del canciller Miguel Vargas.
El ministro de Relaciones Exteriores dominicano no sólo felicitó esa nación, sino que favoreció un fortalecimiento de las relaciones entre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y China.
Esos acercamientos son vistos con buenos ojos por el especialista en relaciones internacionales Juan Manuel Rosario, por entender que sería de sumo beneficio para la región, en especial para la República Dominicana.
A su entender, además de China, el país debe buscar acuerdos de manera progresiva con Rusia, para aprovechar el empuje de esas poderosas economías. Sostiene que los dominicanos deben incentivar mayor actividad en el conglomerado de países que conforman lo que se conoce como el BRIC, conformado por Rusia, China, India y Brasil; “eso debe constituirse en objetivos estratégicos de la política comercial y de inversión de la República Dominicana”.
En la República Dominicana empresas chinas invertirán US$350 millones en un proyecto hidráulico multifuncional, en el río Yuna, y US$200 millones para la construcción de 10 mil viviendas a bajo costo, con una superficie entre los 50 a 60 metros cuadrados.
En Haití, los chinos buscan desarrollar un megaproyecto que incluye la construcción de una central eléctrica de 600 megavatios para electrificar Puerto Príncipe, un nuevo ayuntamiento, mercados, miles de apartamentos y eventualmente un ferrocarril que uniría la capital haitiana con el resto del país, y que demandaría la mano de obra de 20,000 trabajadores.
En Jamaica, hay acuerdo para construir un megapuerto que sería un centro de recepción de los enormes barcos chinos que pasarían a través del Canal de Panamá. Las inversiones chinas se extienden a Trinidad y Tobago, las Bahamas, Guyana y Chile, entre otros países.