El Centro Bonó planteó hoy que la reforma tributaria no surtirá efecto si el Gobierno no racionaliza y reorienta el gasto público.
En ese sentido, los miembros del Consejo de Economistas del Foro Ciudadano a mejorar la calidad del gasto como paso previo al aumento de la carga impositiva en el país.
“Es un error presentar un proyecto de ley destinado exclusivamente al aumento de impuestos en lugar de una propuesta de Pacto Fiscal. Esto contradice tanto lo que plantea la ley sobre Estrategia Nacional de Desarrollo (END), así como lo acordado entre los sectores productivos, laborales y sociales representados en el Consejo Económico y Social (CES)”, indica un comunicado de la entidad, entregado hoy a los periodistas durante un análisis sobre la propuesta de reforma fiscal.
Indican que, desafortunadamente, la propuesta presentada por el Gobierno está centrada en el aumento de los impuestos en lugar de focalizarse en el mejoramiento de la calidad del gasto.
Actualmente el Gobierno tiene un déficit fiscal de un 8% del PIB, equivalente a 185 mil millones de pesos, el mayor de la historia dominicana, según el Centro Bonó.
Entiende que es una muestra clara del grave deterioro institucional expresado en el mal desempeño del Poder Ejecutivo junto al abandono de la función fiscalizadora de la Contraloría General, la Cámara de Cuentas y el Congreso Nacional.
Para la entidad, las medidas de racionalización del gasto dispuestas por el Presidente Medina mediante el Decreto 499-12 son insuficientes.
“No discutimos la necesidad de aumentar la presión tributaria si esto contribuye a la sostenibilidad fiscal, si aporta a la vida digna y a las metas de desarrollo humano del país, y en suma permite un mejor desempeño del gobierno, pero creemos que ese aumento debe hacerse luego de reorganizar la gestión del gasto”, cita.
Reconoce que la decisión final sobre la reforma impositiva la tiene el Congreso, pero asegura que aprobar el paquete tributario sin tomar en cuenta los principios que deben orientar el Pacto Fiscal crearía condiciones muy difíciles para discutir una reforma fiscal con perspectiva de compromiso social y visión a mediano y alargo plazo.
Dicen que no están en contra del aumento de la presión tributaria, pero que ésta debe ser producto de un proceso de creación de confianza que garantice que lo recaudado se utilizará con responsabilidad y pulcritud para alcanzar las metas sociales previamente acordadas, “pasos que lamentablemente la gestión del gobierno hasta ahora no ha propiciado”.
