
A pesar de las secuelas dolorosas que dejó el extenso período de 31 años de su tiranía, parece ser que la gente olvidó este acontecimiento de tan importante fecha, que marco un antes y un después en la historia dominicana.
Trujillo, quien se impuso a sangre y fuego durante más de 31 años, comenzó a gobernar en 1930 y fue muerto la noche del 30 de mayo de 1961, cuando un grupo de valientes lo ajusticiaron en la hoy autopista 30 de Mayo.
Fue ajusticiado por hombres valerosos que decidieron poner fin a una larga carrera de crímenes bajo un régimen de terror, con la desaparición de miles de ciudadanos y la negación de derechos y libertades.
Se puede decir que hoy se conmemora también el “Día de la Libertad”. En ocasión de los acontecimientos conmemorados, hoy dominicanos pertenecientes a organizaciones anti trujillistas participan en actos ante el monumento levantado en el lugar del tiranicidio, en homenaje a los protagonistas del hecho que luego sufrieron una encarnizada persecución.
Con su régimen de terror y absoluto control de la vida de los ciudadanos, Trujillo mató, sobornó, sometió u obligó a la huida a todo el que mostrara una leve oposición.
Destruyó a todos los partidos y movimientos políticos que no estuvieran a su servicio. Impuso un partido único, el Partido Dominicano; se apropió o sometió bajo su control a los medios de comunicación que entonces existían y los que posteriormente se crearon básicamente periódicos, revistas y radio, luego la televisión.
Miles de personas fueron asesinadas, miles desaparecidas, decenas de miles golpeadas, apresadas injustamente, y todo el pueblo sufrió la violación de sus derechos humanos y cívicos fundamentales.
Contrario a lo que transmitía su aparato propagandístico y lo que todavía repiten los ignorantes y los trujillistas nostálgicos, el dictador mantuvo en la ignorancia y el atraso al pueblo dominicano, con más del 80 por ciento en el absoluto analfabetismo, en la insalubridad y falta de acceso a los servicios básicos de agua potable y salud.