El traslado de reos, las constantes riñas entre bandas y la exigencia de mejores condiciones ante el hacinamiento en los penales han provocado múltiples motines en los centros penitenciarios del país.
A pesar de las distintas operaciones que han desarrollado las autoridades a lo largo de los años para la “toma de control” en las cárceles, las sublevaciones de los reos han ido ganando terreno dejando a su paso decenas de heridos y muertos.
El pasado 18 de septiembre el director general de Prisiones, coronel Roberto Hernández Basilio, anunció la puesta en marcha de una serie de acciones para mitigar los motines en los centros iniciando por la renovación de todo el personal administrativo en la cárcel de La Victoria.
Dos meses más tarde, el 23 de noviembre, el traslado de unos presos que presuntamente se dedicaban a la venta de drogas y alcohol en el recinto provocó un “incidente” en el área del Hospital de la Penitenciaria Nacional de La Victoria que resultó en varios heridos.
Hernández Basilio descartó que se tratara de un motín e indicó que el hecho se produjo porque “algunos internos quisieron movilizarse”, por lo que tuvieron que “establecer el control” con gases.
En el área de celdas conocida como “Las Malvinas” las autoridades incautaron tres porciones de un vegetal que se presume es marihuana, un revólver, 13 cuchillos, 15 celulares, dos módems y 13 bocinas que fueron introducidos de forma clandestina por los reclusos.
El motín más reciente ocurrió el pasado domingo en San Francisco de Macorís cuando varios internos reclamaron un traslado de recinto y el retiro de varios reos de las celdas de castigo, conocidas como “La plancha”.
Jesús Manuel Doli de la Cruz “Manuelcito”, condenado a 20 años por homicidio, fue identificado por la Procuraduría General de la República (PGR) como la cabeza de la sublevación tomando como rehenes a otros internos y matando al reo Fausto Francisco Capellán Guillén.
Como respuesta, la Dirección General de Prisiones intentó mitigar la revuelta trasladando a 10 privados de libertad.
Muertes y contagios de Covid-19
El 9 de abril del año pasado, a un mes de la llegada del coronavirus al país, se registró un motín en la cárcel La Victoria por casos de contagios y muertos por el virus que las autoridades supuestamente no reportaron.
En el centro penitenciario, donde el hacinamiento por la sobrepoblación es evidente, los reos se sublevaron en el patio alegando que “son más los presos muertos por el coronavirus en el recinto de los que reportó Salud Pública”.
Un interno en el penal, confesó a Listín Diario que “no los separaban como habían estado diciendo para protegerlos del coronavirus, por lo que seguían aumentando los infectados y muertos”.
Los reos se aglomeraron en una de las puertas e intentaron abrirla a la fuerza e incendiaron colchones, lo que provocó que los policías del penal lanzaran bombas lacrimógenas y tiros al aire.
El informe de las autoridades indició que resultaron heridos un agente de la policía y cinco reclusos.
Una situación similar ocurrió en La Romana, donde los reclusos se amotinaron por la “falta de atención al Covid-19”, alegando que uno de ellos falleció por el virus en el centro y que los “iban a dejar morir”.
Los presidiarios quemaron colchones y destruyeron algunos de sus pertenencias en demanda de que se les hicieran pruebas del virus.
Provocan incendios
A finales del pasado mes de abril un recluso murió por asfixia por inhalar el humo de un incendio provocado otros internos que protestaban por el hacinamiento en la cárcel preventiva de La Romana.
Según las explicaciones de las autoridades, el motín ocasionó que otros 23 reos fueron atendidos en diversos centros de salud debido a las quemaduras e inhalación del humo.
El pasado 28 de mayo varios reclusos incendiaron colchones en el interior de una celda en la cárcel preventiva de San Pedro de Macorís en la protesta de que uno de los presos no fuera trasladado a recinto penitenciario.
Dos de los reos fueron trasladados al hospital Antonino Musa de San Pedro de Macorís, mientras los demás recibieron atenciones en las ambulancias del Sistema de Atención y Emergencias 9-1-1.
“Tener el control”
El 25 de septiembre de 2018 cuatro reclusos resultaron heridos en un motín que se produjo en la cárcel del 15 de Azua.
Según las informaciones ofrecidas por la PGR los internos quería tener “el control del centro”. En un video hecho por los reos se observaba a muchos de ellos armados con machetes.
“Hay una parte de los presos víctimas, abandonados de las autoridad, puesto al frente para ser los futuros muertos de este enfrentamiento”, dice uno de los reos en el audiovisual.
El pasado 2 de noviembre ocurrió otro motín mientras las autoridades de la Dirección General de Prisiones realizaban un allanamiento en esta cárcel “para tener control del penal”.
