Robinson Canó ha ganado la Serie Mundial, el Clásico Mundial y la Serie del Caribe. A sus 39 años, inagotable, el estelar beisbolista busca sumar otro clásico caribeño en su natal República Dominicana.
“Yo soy una persona muy competidora”, dijo Canó con el uniforme de Gigantes del Cibao. “Me gusta ganar”.
Su confianza va más allá de las palabras, pues ha sido decisivo en las dos primeras victorias de los anfitriones en la Serie del Caribe-2022, con cuatro hits en siete turnos, un triple, cinco carreras impulsadas y una anotada. Ha recibido un par de bases por bolas.
“A donde creo que no puedo hacer mi trabajo, no voy”, expresa Canó, quien juega el torneo con los Gigantes después de haber rivalizado con ellos, con Estrellas Orientales, en la final de la liga dominicana.
El año pasado ganó por primera vez la Serie del Caribe como refuerzo de Águilas Cibaeñas.
Contar con peloteros como Robinson Canó es un “lujo” para el mánager de los quisqueyanos, el colombiano Luis Urueta: “Este es un equipo de lujo (…). Estos muchachos son profesionales, son grandeligas, son estrellas, y hay que dejarlos jugar y que hagan su trabajo”.
Canó disfruta el momento. Siente orgullo cuando se ve en el diamante con el nombre de República Dominicana en el pecho.
“Representar a mi país, ponerme este uniforme, es algo que no sé como describir por todos los sentimientos que te llegan”, manifestó el intermedista.
En 2013, con la selección de Dominicana, fue campeón del Clásico Mundial, evento en el que se quedó con el premio de Jugador Más Valioso al ligar para .469 en los ocho juegos del equipo (15 inatrapables en 32 turnos), con dos cuadrangulares, seis dobles, seis carreras impulsadas e igual número de anotadas.
“Estoy agradecido con Dios por todo lo que he logrado en mi carrera y esperando lograr más”, comenta Canó.
“Tú ves hacia atrás y el gran trabajo que he venido haciendo en la temporada muerta para prepararme cada año se ha visto”, subraya el segunda base. “Es lo que he hecho siempre: trabajar duro”.
El pelotero se perdió la temporada del año pasado en las Grandes Ligas después de haber salido positivo en un control antidopaje, que le costó una suspensión de 162 juegos con salario suspendido: 24 millones de dólares.
Batazos cruciales
Canó ha respondido en el arranque de la Serie del Caribe a las enormes expectativas que despierta su trayectoria de 16 temporadas en las Grandes Ligas con Yanquis de Nueva York, Marineros de Seattle y Mets de Nueva York entre 2005 y 2020.
Ganador de la Serie Mundial con los Yanquis en 2009 y ocho veces elegido para el Juego de Estrellas, el camarero ha conectado batazos determinantes en el Estadio Quisqueya de Santo Domingo.
El viernes, en triunfo 3×2 de los Gigantes sobre los mexicanos Charros de Jalisco, Canó dio un valioso hit en el séptimo inning para impulsar la carrera decisiva, el segundo flete para él en la jornada inaugural.
El sábado remolcó tres anotaciones, dos con un triple en el primer capítulo y una con sencillo en la séptima, para que los campeones dominicanos se impusieran 5×3 a sus pares puertorriqueños, Criollos de Caguas.
La clave, dice, es sencilla cuando enfrenta a lanzadores cuyo repertorio desconoce: “Tratar de poner la bola en juego”, expresó. “Soy un bateador que busca un punto de contacto. Acá lo importante es dar un hit y ayudar al equipo a ganar”.
“¡’El Oso’ (Marcell) Ozuna y (Kelvin) Gutiérrez que den sus jonrones!”, bromea nombrando a dos de los bateadores de poder en el equipo dominicano.