Cándido Almánzar, gestor universitario y un consagrado maestro, afirmó que el país necesita una reforma laboral con equilibrio y sin confrontación.
A continuación los conceptos expuestos por Almánzar:
“En la actualidad, República Dominicana enfrenta un debate urgente y necesario: la actualización de su Código de Trabajo. Uno de los puntos más discutidos es el pago simultáneo de cesantía por parte de los empleadores y sus aportes a la seguridad social, una situación que ha sido calificada por el sector empresarial como una forma de “doble tributación”.
Este reclamo pone sobre la mesa una realidad estructural: el modelo laboral vigente que necesita ser revisado para responder a las condiciones del mercado, sin sacrificar los derechos de los trabajadores ni la capacidad productiva de las empresas.
La discusión sobre la reforma al Código Laboral ha resurgido con fuerza, en particular por la carga que representa la “doble tributación” para los empleadores. Este fenómeno, limita la competitividad, la contratación formal y el crecimiento de muchas empresas.
Sin embargo, eliminar la cesantía sin ofrecer una alternativa justa sería un golpe a los derechos de los trabajadores. La solución está en una reforma gradual e inteligente que sustituya ese esquema por un fondo de desempleo, administrado por la seguridad social, que garantice protección al trabajador sin desincentivar la productividad.
Cualquier cambio debe surgir del diálogo social. Gobierno, empleadores y sindicatos deben sentarse a la mesa con voluntad de construir un nuevo pacto laboral, justo y moderno, que asegure el equilibrio entre los costos empresariales y la protección social. Solo así avanzaremos hacia un mercado laboral competitivo, formalizado y centrado en el desarrollo humano y económico del país.
La modernización del Código Laboral dominicano no debe verse como una confrontación entre intereses opuestos, sino como una oportunidad para redefinir las reglas del juego en bene-ficio de todos. Equilibrar la protección social con la viabilidad empresarial es posible, y es, de hecho, la única vía para construir un mercado laboral dinámico, competitivo y justo.
El objetivo no es elegir entre trabajadores o empleadores. El objetivo es construir un sistema donde ambos ganen: uno que impulse la inversión, fomente el empleo formal, y ofrezca seguridad y dignidad a quienes trabajan por el desarrollo de nuestro país”.