Toronto (Canadá)
EFE
El Gobierno de Canadá pondrá en marcha el miércoles la comisión investigadora sobre el asesinato y desaparición de centenares de mujeres y niñas indígenas, tras años de reivindicaciones de los aborígenes canadienses.
Desde que llegó al poder en octubre de 2015, el Gobierno del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha mantenido consultas con las familias de las mujeres desaparecidas y las autoridades provinciales para establecer los términos de referencia de la comisión. Y tras meses de discusiones, está previsto que el 3 de agosto, la ministra de Asuntos Indígenas, Carolyn Bennett, anuncie las competencias de la comisión, que durante dos años estudiará los asesinatos y desapariciones de centenares de mujeres y niñas indígenas.
Según filtraciones a los medios de comunicación, la comisión, que tendrá cinco comisionados, estará encargada de identificar las causas sistemáticas de la violencia contra las indígenas y recomendar acciones concretas para poner punto y final a la situación. Pero la comisión parece que no tendrá potestad sobre las fuerzas de seguridad, que han sido criticadas por su falta de interés en investigar las desapariciones de indígenas y, en algunos casos, han sido acusadas de ser parte del problema. Aunque la desaparición y asesinato masivos de mujeres y niñas indígenas ha sido un secreto a voces desde décadas, hasta la llegada al poder de Trudeau y el Partido Liberal las autoridades canadienses se habían negado a investigar la problemática.
Poco después de que la Policía Montada canadiense emitiera en 2014 su primer y único informe sobre las desapariciones y asesinatos, confirmando que las víctimas ascienden a al menos 1.200 personas en los pasados 30 años, el entonces primer ministro, Stephen Harper, justificó su negativa a estudiar el fenómeno.
Los datos policiales revelaron que en las últimas tres décadas, 1.026 mujeres y niñas indígenas han sido asesinadas y 160 están desaparecidas, aunque estas cifras son consideradas bajas por las organizaciones indígenas.