PADRE LAS CASAS. “Si no hay reforestación se nos acaba el agua. Si respiramos aire puro siempre tendremos salud”, es la convicción que por generación ha llevado a la familia De los Santos Delgado a conservar durante décadas seis mil tareas plantadas.
En Las Cañitas, lugar montañoso y apartado donde residen, sólo esta porción de terreno está reforestada. El mapa de Google muestra cómo el resto de la zona, ubicada a dos horas de Padre Las Casas, se encuentra completamente pelada.
“Si volvemos la tierra un desierto, se nos va a acabar el agua, por eso intentamos enseñar a la gente a reforestar”, precisa Leónidas Delgado, quien por su acción de conservación del bosque ganó recientemente junto a sus sobrinos Sergio, Vicente y Merced Delgado el premio Eugenio De Jesús Marcano Fondeur, que promueve la Fundación Sur Futuro.
Para esta entidad sin fines de lucro, proteger los recursos naturales es una forma de enfrentar los efectos del cambio climático que sufre el país, y por ello han acogido el término “siembra de agua” y un reconocimiento a los que trabajan por esta causa.
“Es fácil decir corta esos árboles y dame la mitad del dinero, pero ellos (la familia De los Santos Delgado) han entendido que los árboles hay que conservarlos para proteger el agua”, explicó Eduardo Julia, de Sur Futuro.
A esta fundación le preocupa ver que cada día la contaminación y la escasez del agua se agudiza en el territorio nacional.
“Es una necesidad que se sientan reconocidos y ojalá se involucre el país entero porque en el medio ambiente el agua es el vínculo que unifica toda la vida”, subrayó el experto en Cambio Climático.
Para preservar los recursos naturales en Las Cañitas, la familia De los Santos Delgado siembra café, pino, helecho y árboles frutales. Lo hacen los fines de semana, pues deben trabajar como agricultores para ganar el sustento de sus familias el resto de la semana.
Aunque la depredación pudiera mejorar momnetáneamente su precaria situación, esta familia no permite que en su bosque se realicen talas. Esa parcela, además de formar parte de su alegría, ha sido ad0ptada por ellos como un compromiso social.
“Si nosotros no sembramos aquí arriba, los de abajo no podrán comer, porque se secará el agua de los ríos”, afirman todos a un tiempo.