El exdirector de Aduanas, Rafael Camilo, negó ayer que alguna vez haya conocido ni tenido relación específica con el senador estadounidense, Bob Menéndez,
Precisó que esa fue su respuesta a una pregunta que le hizo un fiscal de Estados Unidos que vino al país en el 2012 a entrevistarse con él, como parte de las investigaciones en marcha sobre un contrato para la instalación de rayos X en los puertos del país.
“Mi respuesta fue que no, que yo no conocía a Bob Menéndez, y que nunca había tenido relación con ese senador”, dijo Camilo en una entrevista para el programa Hoy Mismo, que se transmite cada mañana por Color Visión.
El contrato de rayos X fue concedido durante el gobierno del presidente Hipólito Mejía a dos compañías diferentes. Primero, Mejía firmó el 20 de marzo del 2002 su aprobación a la empresa Internacional Container Security Sistem (ICSS), mientras el 12 de noviembre del mismo año firmó otra autorización, esa vez mediante decreto, dando la misma autorización, pero a una empresa diferente, identificada solo por las siglas ICSSI, S.A., según Camilo
Posteriormente, durante el período de gobierno 2004-2008, el contrato fue modificado y enviado al Congreso Nacional, pero al conocerlo, diferentes sectores manifestaron su oposición a este, por entender que no era beneficioso para el Estado. A la fecha, el caso se encuentra en el Tribunal Constitucional.
“En medio de todo esto comienza la investigación en Estados Unidos a Bob Menéndez, ligado al doctor Salomón Melgen: esa investigación lleva a que venga un fiscal a la República Dominicana y se entrevista conmigo; ya yo estoy en la Superintendencia de Bancos, y va allá un fiscal norteamericano a hablar, a preguntarme del caso”, indicó.
Camilo explicó que quedó involucrado “entre comillas”, en el caso, luego de que el fiscal le hiciera la entrevista, en momento en que ya no ocupaba la Dirección General de Aduanas.
Agregó que al fiscal lo que le interesaba saber era si el senador Bob Menéndez había tenido algún tipo de relación o influencia con él, en busca de que se ejecutara el contrato de Melgen, y “eso era lo que le interesaba”.