La extracción de petróleo en México ha seguido cayendo para aproximarse al nivel de 1986, según la petrolera estatal Pemex, lo que va a afectar la situación económica en el país.
En la última década la producción diaria de crudose ha desplomado en un 28%: 2,43 millones de barriles para el cierre del 2014.
Pero los últimos cinco años han revelado una aceleración en el ritmo del descenso que, sumado al derrumbe de los precios mundiales del crudo, amenaza con afectar los ingresos públicos del 2015, según expertos citados por ‘El Universal’.
La tendencia negativa de la última década se debe principalmente al declive del megayacimiento Cantarell, en el golfo de México, cuyo aporte vio una caída del 93% a 271.000 barriles diarios en los últimos diez años.
“Ahora vivimos la mezcla de una tormenta perfecta donde se conjugan la caída de los precios, con la baja en la producción y con Estados Unidos que cada vez va a depender menos del crudo que exportamos“, comentó el especialista de la consultora Marcos y Asociados, Luis Miguel Labardini.
Gonzalo Monroy, el presidente de la consultora GMEC, señaló la dificultad para Pemex dediversificar su cartera de explotación, ya que los nuevos hallazgos de aguas profundas requieren de varios años antes de poder lanzar la producción comercial.
El Congreso mexicano aprobó una reforma en el 2013 para permitir la participación de empresas extranjeras y privadas en la exploración y extracción de hidrocarburos con el fin de atraer inversiones en el sector y aumentar la extracción.
Hace varios días la Secretaría de Hacienda no excluyó la posibilidad de aplazar las licitaciones sobre proyectos de crudo no convencional, incluido el crudo de pizarra, debido a los desventajosos precios mundiales del petróleo.