Por Otto Vásquez
A raíz de la conferencia de las Naciones Unidas, sobre Medio Ambiente del año 1992, se declara el 22 de marzo “Día Mundial del Agua”, comenzando a implementarse desde 1993.
En dicha conferencia se invita a los estados a celebrar este día y desplegar una serie de encuentros en el marco nacional, que permitan la creación de una conciencia pública que posibilite a los países tener las condiciones de conservar los recursos hídricos, por el hecho de que el “Agua”, juega un papel importante en el desarrollo y el avance de sus economías.
Por lo que entiendo, es necesario que las naciones reflexionen en la necesidad de trabajar el tema de la preservación y manejo del “Agua”, ya que connotados expertos en la materia, han manifestado la gran posibilidad, de que las próximas guerras en el mundo serian ocasionadas por la falta de este preciado líquido.
Sin embargo, cabe destacar que según datos del año 2015, alrededor del 91% de la población mundial, usa una fuente mejorada de agua potable es decir que desde el año 2000 al 2015 hubo una mejora de un 9% en el uso de fuentes mejoradas de agua potable.
En lo que respecta República Dominicana, contamos con una cantidad apreciable de ríos o fuentes acuíferas, por tanto, la necesidad de preservarlas es imperiosa. En mi opinión el estado debe crear una plataforma que les permita a las instituciones trabajar con la concientización, por otro lado, que la ciudadanía, a través de una campaña en los medios de comunicación, redes sociales y en las comunidades, sepa con discernimiento los usos y manejos del agua y por otra parte, integrar activamente al sector productivo nacional a la estrategia de desarrollo sostenible de preservación del medio ambiente y conservación del “Agua”.
Nuestra principal fuente de “Agua Dulce”, es el “Río Yaque del Norte”, en ese sentido el estado en la persona del excelentísimo presidente de la República Danilo Medina, ha dado un paso importante con el decreto “57-18”, que procura la rehabilitación, saneamiento, preservación y uso sostenible de nuestro Río Yaque. En ese aspecto queda pendiente la aplicación de este decreto a la realidad existente de nuestro país.