Dos grandes empacadoras de carne brasileñas sobornaron a inspectores para mantener en el mercado productos putrefactos, acusó el viernes la policía al emitir decenas de órdenes de arresto, mientras que un juez acusó al Ministerio de Agricultura de traicionar al país.
Parte del dinero de los presuntos pagos de las empacadoras JBS y BRF fue canalizado a dos partidos políticos importantes, incluido el del presidente Michel Temer, señaló la policía después de una investigación de dos años.
Las autoridades advirtieron que el caso es un fuerte golpe a la imagen internacional del sector agroindustrial de Brasil, con el cual el gobierno cuenta enormemente para ayudar al país a recuperarse de su peor recesión en décadas.
El investigador Mauricio Moscardi Grillo dijo el viernes en una conferencia de prensa que las dos empacadoras de carne utilizaban sustancias químicas para mejorar la apariencia y el olor de las carnes en mal estado. Señaló que al menos un ejecutivo reportó que la carne putrefacta era mezclada con carne en buen estado para ser vendida a los consumidores.
Productos más baratos como agua y harina de mandioca también eran mezclados con la carne vendida por las dos compañías, señaló Grillo. Tres plantas fueron cerradas, añadió.
Algunos niños que asisten a escuelas del estado sureño de Paraná fueron alimentados con carne peligrosa.
“Están recibiendo alimentos preparados con productos caducados, podridos y en muchas ocasiones cancerígenos, obedeciendo a los intereses económicos de esta poderosa banda criminal”, enfatizó.
La policía dijo que las empacadoras de carne influían directamente en el Ministerio de Agricultura para poder escoger a los inspectores que visitarían sus plantas. Esos inspectores entregaban certificados sanitarios a pesar de la adulteración de los productos, añadió.