RIO DE JANEIRO (AP) — Investigadores brasileños están optando por la clonación de varias especies animales cuya población ha declinado peligrosamente, en busca de ayudar a que se evite su extinción.
Los científicos en la agencia de investigación agrícola brasileña Embrapa anunciaron esta semana que llevan dos años construyendo una “biblioteca genética” con cientos de muestras de ocho especies nativas, incluyendo el oso mielero (Tamandua tetradactyla), el perro venadero (Speothos venaticus), el tití león negro (Leonotopithecus chrysopygus), el coatí (Nasua nasua) y variedades de ciervos y visones, así como el leopardo y el lobo aguará guazú (Chrysocyon brachyurus).
Aunque todavía está en sus primeras etapas, con el nacimiento de un clon, posiblemente en unos años, el proyecto representa la incursión de los científicos brasileños en la clonación de animales, explica el líder del equipo Carlos Frederico Martins.
Científicos en otras partes del mundo han clonado especies endémicas durante más de una década, aunque con una baja tasa de éxito y algunas veces con las críticas de los ambientalistas, quienes opinan que debe hacerse más para salvar a las especies silvestres en peligro protegiéndolas en sus hábitats naturales.
Martins dijo que cualquier clon que eventualmente emerja del proyecto brasileño irá a zoológicos, no a la vida silvestre.
“La idea no es utilizar la clonación como una herramienta primaria de conservación”, dijo Martins en una entrevista telefónica desde una granja afuera de la capital brasileña, Brasilia. Destacó que los clones no resuelven uno de los principales problemas que enfrentan las especies con poblaciones que disminuyen, que es mantener una reserva suficientemente variada de genes.
“Hay que aclarar que clonar no puede ser suficiente para proteger el hábitat de los animales en peligro”, indicó el científico. “Es una manera de ayudar a que los zoológicos incrementen sus colecciones de animales que no se crían fácilmente en cautiverio”.
El principal candidato del proyecto de Embrapa para clonar es el lobo aguará guazú, un enorme canino que mide un metro de alto al hombro (tres pies), con largas patas y grueso pelambre rojo. Con una población estimada de 23.600, la gran mayoría de ellos en Brasil, el aguará guazú —también llamado zorro grande o lobo de crin— se clasifica como “casi amenazado” en la Lista Roja de Especies en Peligro de la Unión Mundial por la Naturaleza (IUCN), que es considerada por muchos como la fuente definitiva de las especies en riesgo de extinción.
El lobo podría ser más sencillo de clonar que las otras especies de la biblioteca. La célula de piel del lobo podría insertarse en el óvulo de una perra común cuyo núcleo haya sido extraído y luego implantado en el útero de una perra, que serviría como madre sustituta del lobo clonado.
Casi todas las muestras de la biblioteca genética de Embrapa fueron seleccionadas de cadáveres de animales y traídos del Cerrado, la vasta sabana tropical que rodea Brasilia. Esperma, óvulos y células de piel son recolectadas de cadáveres y almacenadas en nitrógeno líquido a 196 grados bajo cero (-321 Fahrenheit), explicó Martins.
Si las autoridades aprueban una asociación pendiente con el zoológico de la ciudad, el personal ahí será capacitado para tomar muestras de animales vivos de su colección, indicó el experto.
“La idea es poder ampliar a biblioteca genética para incluir más muestras y también más especies bajo presión”, agregó Martins.
La clonación de animales se volvió realidad en 1996 con el nacimiento de Dolly en 1996. La oveja desarrolló una enfermedad pulmonar viral y fue sacrificada a los seis años, casi a la mitad de la expectativa de vida de su especie, pero parió a cuatro corderos.
La clonación todavía es una empresa difícil con una tasa de éxito de 5 a 7%. El primer clon conocido de especies cruzadas, un bobino salvaje llamado gaur, nació de una vaca en 2001 y murió de disentería dos días después. Martins dijo que las nuevas técnicas podrían ayudar a que el equipo brasileño tenga una tasa de éxito de 12%.
Martha Gómez, científica en el Centro de Investigación de Especies en Peligro en Nueva Orleans, aplaudió el esfuerzo del equipo brasileño pero indicó que cualquier clon puede llevar mucho tiempo.
“Me gusta la idea porque siento que es importante, pero realmente es un gran desafío”, indicó Gómez, que utilizó felinos domésticos y clonación entre especies para producir gatos salvajes africanos.
“Cuando uno habla de clonar, no sólo necesita a la gente, también se necesita la infraestructura, los recursos y los animales”, indicó. “La clonación entre especies puede ser muy diferente. No será lo mismo clonar a un jaguar que a un lobo, o a un tamarín (Sanguinus oedipus), que sería incluso más difícil”.