MARIEL, Cuba, 27 ene (Reuters) – La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, inauguró el lunes en Cuba un puerto de contenedores financiado por su gobierno con la mira en una futura normalización de las relaciones entre la isla de gobierno comunista y Estados Unidos y ofreció 290 millones de dólares más para desarrollar una zona franca.
“Brasil quiere ser un aliado económico de primer orden para Cuba”, dijo Rousseff durante un discurso en el puerto de Mariel, a 45 kilómetros al este de La Habana.
La nueva terminal de Mariel fue construida por el gigante brasileño de la ingeniería Odebrecht con un crédito de más de 700 millones de dólares del banco estatal de desarrollo brasileño BNDES.
El puerto es un ejemplo de la alianza estratégica con la que Brasil busca oportunidades para sus empresas en momentos en que Cuba comienza a abrir su economía de estilo soviético.
Es además una apuesta a un futuro levantamiento del embargo comercial impuesto desde hace más de medio siglo por Estados Unidos, que impide a la isla comerciar con su vecino a sólo 145 kilómetros de distancia.
Mariel está situado frente a la costa de Florida y una vez terminada la ampliación del canal de Panamá podría transformarse en un centro de trasbordo para los gigantescos cargueros post Panamax.
Contenedores con el logotipo de la empresa estadounidense de transporte marítimo Crowley se apilaban el lunes en el muelle de Mariel, donde fueron instaladas cuatro enormes grúas chinas.
En un discurso, Raúl Castro agradeció la ayuda financiera de Brasil y definió Mariel como un “proyecto trascendental” para el futuro de la economía cubana.