Con el nombramiento hoy de Steve Biegun como enviado especial para Corea del Norte, el presidente, Donald Trump, vuelve a buscar en el sector privado, en este caso en la Ford, un experto negociador que le ayude a diseñar un nuevo escenario internacional a la medida de sus intereses.
La misión de Biegun se antoja harto complicada ya que su principal objetivo será la plena y verificable desnuclearización de Pionyang, un sueño que viene siendo esquivo a Washington desde que el 9 de octubre de 2006 el Gobierno norcoreano efectuara con éxito su primer ensayo nuclear.