Santo Domingo – La Batalla del 19 de marzo o Batalla de Azua es el primer combate en defensa de la República Dominicana y se libró en 1844.
Es por esto que el día de hoy se cumplen 178 años de dicha lucha, que se originó en defensa de la recién proclamada independencia de República Dominicana.
Luego de la declaración de independencia, el presidente haitiano Hérard amenazó a los dominicanos para que d dejaran sin efecto la misma. Al no obtener respuesta positiva, preparó un fuerte plan militar con 30 mil soldados para recuperar el territorio Dominicano.
El presidente haitiano pretendía unir la columna del sur con la del norte para atacar a Azua.s.
Como la Junta Central Gubernativa conocía los planes de Herard envió a Pedro y Ramón Santana a comandar el sur; a los próceres Ramón Matías Mella y Francisco del Rosario Sánchez a Santiago Y reclutaron 2,500 soldados dominicanos (mucho menos que los haitianos).
Las tropas haitianas avanzaron hacia Azua y se enfrentaron con nacionales en el Paso de la Hicotea; Los Jovillos, Paso del Jura, San Juan de la Maguana, Los Conucos, El Barro y El Cerro de Resolí.
Las tropas dominicanas se posicionaron en puntos estratégicos de Azua con fusilería, cañones y artillería comandados por un grupo de hombres valientes.
Cuando los haitianos entraron en Azua, los dominicanos rechazaron el ataque.
Ante la superioridad numérica de las tropas invasoras, la victoria dominicana se logra por la estrategia de lucha utilizada.
Entre ellas, la práctica de guerra de guerrillas, el ataque sorpresivo y la determinación y valor demostrados por la defensa de los ideales de independencia, manifestados el 27 de febrero.
Descripción histórica de la batalla
El 19 de marzo en la mañana, el General Hérard organizaba su ejército con el fin de atacar a las tropas dominicanas, pero los dominicanos atacaron a los haitianos que avanzaban por El Camino de los Conucos.
El enemigo fue rechazado por el cañón de Francisco Soñé, cuyos impactos dejaron decenas de muertos y un enorme terreno despejado por la metralla en las que minutos antes habían sido compactas filas enemigas.
Los comandantes dominicanos, aprovechando el terror causado por la metralla, ordenaban cerradas descargas de fusilería y cargas a machete, motivando que el pánico se apoderara del enemigo y emprendieran la retirada.
Al ser decapitado el comandante haitiano Vicent Jean Degales por los comandantes Matías de Vargas, José Leger y Feliciano Martínez, sus tropas (noveno y décimo regimiento) se desplegaron en desorden por falta de jefe. Poco después las tropas haitianas que avanzaban por El Camino del Barro (segundo y sexto regimiento), fueron sorprendidos por el contingente de azuanos, quienes apoyados por la fusilería de Nicolás Mañón, se lanzaron en un asalto de machete que sembró el terror y la muerte, obligándolas a retirarse.
Hombres caídos en combates
Se relata en la historia que en la batalla los haitianos perdieron entre 200 y 300 hombres, mientras que las bajas dominicanas fueron insignificantes.
En los días siguientes circuló la falsa versión que de que el presidente Charles Rivière-Hérard había muerto en Azua, bajo el fuego enemigo.
También se ha escrito que en las tropas dominicanas había al menos 1,000 hateros y gentes de El Seibo, Hato Mayor, Higüey y Los Llanos y jóvenes azuanos entrenados por Duvergé y Francisco Soñé.
Asimismo, integraban el ejército criollo dos compañías: una de gendarmería y otra de caballería, con un total de 200 neyberos, comandados por Vicente Noble y Nicolás Mañón, y dos regimientos llegados por barco desde la capital, al mando de Manuel Mora. Estos, sumados a los de la tropa banileja, al mando del teniente coronel Manuel de Regla Mora, se aproximaba a 300 soldados más un grupo de San Cristóbal, dirigidos por Lorenzo Araujo y José María Cabral, y un cuerpo de hombres a caballo que organizó y mandaba Buenaventura Báez.