SANTO DOMINGO. En la República Dominicana han surgido bandas criminales que utilizan métodos modernos para matar por encargo, y cuyos líderes ponen claras sus tarifas de ejecución, que pueden oscilar entre RD$50 mil y RD$300 mil por víctima.
Una de las más peligrosas, ya desmantelada, es la que dirigió el confeso narcotraficante José David Figueroa Agosto, que mató a nueve personas en un tiempo de apenas tres meses, y cuyo objetivo principal era callar voces.
El psicólogo Mario Santiago sostiene que, “primero nadie nace sicario, las circunstancias lo vuelven sicario, la falta de educación y valores en el hogar lo hacen tomar el camino que para ellos es mejor, y lo hacen buscar dinero más rápido”.
En el 2014, una banda de menores mató a varios taxistas. Éstos llamaban a sus víctimas, y una vez ya en el vehículo le colocaban una funda en la cabeza y lo ahogaban. En otras ocasiones los mataban a cuchilladas o a balazos.
Sus cabecillas aún guardan prisión en diferentes cárceles del país.
“El problema es que muchos jóvenes son atraídos por la moda, ven como narcotraficantes, tal vez de su barrio, se pasean en buenos carros y con buenas ropas, entonces hacen lo mismo”, dijo Santiago.
En febrero de este año, la Policía dio a conocer el apresamiento de Starling Paniagua Montero, de 33 años; Alberto Solís Reyes (a) El Bélico, de 32; José Manuel Cornielle Rosario (a) Juan Pablo, de 33; Jonathan Alcántara Mateo (a) Freddy, de 30; Fabio Michelli (Pikin), de 37; y Cristian Alexander Tamárez, de 23.
A este grupo, de acuerdo a un informe policial, se le pagó RD$60 mil como adelanto por matar a un hombre, y cuyo total del “trabajo” costaría RD$150 mil.
Un coronel de la Policía, que pidió reservas de su nombre, dice que las bandas se forman en barrios pobres, con muchachos con poca educación e hijos de padres divorciados, con poca educación o casi ninguna.
Este oficial cuenta que hay otras bandas llamadas “Gangas, Capítulos o Naciones”, nombres con los cuales también se identifican, son niños y adolescentes, pero las máximas autoridades, o sea, quienes dirigen esas organizaciones, son adultos, los cuales utilizan las redes sociales para conquistar nuevos miembros.
Uno de los grandes sicarios, acusado de dirigir una banda, y que la Policía lo acusaba de matar a 36 personas por encargo fue muerto a balazos, se trata de Raúl Serumberto Mota Reynoso (Vantroi).
“La sociedad dominicana está muy corrompida. La gente ha perdido el sentido común, y ahora mismo, mujeres y hombres quieren dinero rápido, y estos jóvenes creen que la mejor forma para conseguirlo es metiéndose a vender droga o al sicariato”, dijo el oficial policial.
En enero del año pasado, la Policía involucró al regidor del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Edison de los Santos Solís (Ney), en la conformación de una banda de sicarios, cuya labor era matar choferes. Según el informe policial, la banda está involucrada en la muerte a tiros de Oberni Guerrero (Orbi), quien se desempeñaba como coordinador de una de las rutas de la Federación Nacional de Transporte La Nueva Opción (Fenatrano), y de Ángel Javier (Mayimbú), ocurridas el pasado 17 de enero del 2015 en la calle Juana Saltitopa, esquina Ana Valverde. Javier, en el control de la ruta de guaguas del Toro (Aduchotoro). Ambos están registrados por homicidios en la Policía.
El caso más reciente es el de una banda que dio muerte a cuatro transportista. Su accionar era de terror, los mandaban a parar, los despojaban de su vehículo, y si oponían resistencia, le colocaban una funda en la cabeza, lo amarraban de pies y manos, y lo lanzaban en un profundo hoy ubicado en Juan Dolio, San Pedro de Macorís.