El director del banco del Vaticano declaró el jueves que ahora “es imposible lavar dinero” en esa entidad bancaria plagada por escándalos después de una reestructuración de tres años para evitar el blanqueo de capitales y la evasión impositiva.
Jean-Baptiste Douville de Franssu hizo la afirmación a la vez que reportó una ganancia neta de 16,1 millones de euros (18,3 millones de dólares) el año pasado, en comparación con la ganancia de 69,3 millones de euros en 2014. El banco atribuyó la baja a las menores tasas de interés, la incertidumbre del mercado y las medidas para arreglar una cuestión vinculada con los impuestos extranjeros.
En una entrevista con la prensa vaticana, de Franssu admitió que anteriormente el Instituto para las Obras de la Religión (IOR), el banco vaticano, fue objeto de abusos “porque no se puede servir a dos amos y el dinero es tentador”. Pero ahora que las nuevas normas están en vigencia, “es imposible lavar dinero en el IOR”, afirmó.
El banco tiene 14.801 clientes. Aproximadamente la mitad son órdenes religiosas que utilizan sus servicios de inversiones y de transferencia de fondos a misiones en todo el mundo. Otros clientes son las oficinas y empleados del Vaticano. El total de bienes de los clientes administrados por la entidad bancaria a fines de 2015 ascendía a 5.800 millones de euros (6.600 millones de dólares).