SANTA CRUZ DE TENERIFE. Un equipo internacional de astrofísicos ha creado una nueva clasificación de las galaxias en función del movimiento de sus estrellas y no de su forma, como se hace tras proponerlo Hubble en 1936.
Estos mapas forman parte de una investigación del proyecto CALIFA, del que Jesús Falcón, investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC, en el archipiélago español en el Atlántico), es coordinador, además de uno de los autores del artículo publicado en Nature Astronomy.
Para este proyecto se han recogido datos de 600 galaxias cercanas a la Vía Láctea con el Espectrofotómetro de Apertura Múltiple de Potsdam en el Observatorio de Calar Alto de Almería (sureste de España), informa en un comunicado el IAC.
Como parte de este catálogo los científicos han elaborado mapas de velocidad de 300 galaxias y de esta manera han podido determinar tres grupos diferenciados entre órbitas estelares casi circulares, que han denominado “órbitas frías”, “órbitas templadas”, y “órbitas calientes”, típicas del movimiento desordenado y aleatorio de estrellas.
Al analizar los datos, han comprobado que las órbitas circulares son frecuentes en las galaxias más pequeñas, mientras que las “órbitas calientes” corresponderían a las de las galaxias más grandes.
Además, han encontrado una incidencia de “órbitas templadas” mayor de la esperada en todo tipo de galaxias, lo cual consideran “sorprendente”.
Gracias a estos mapas de movimientos estelares se puede obtener mucha información sobre la historia de la formación de estas galaxias, añade el IAC, que señala que estos cuerpos evolucionan y crecen durante miles de millones de años fusionándose con otras galaxias.
Aquellas que repetidamente han absorbido otras más pequeñas generalmente presentan un disco delgado y giratorio, mientras que cuando dos galaxias de una masa similar se fusionan nace una galaxia elíptica con órbitas estelares desordenadas en todas direcciones.
La medición de las órbitas de las galaxias analizadas puede distinguir entre galaxias en forma de disco (órbitas más frías) y galaxias elípticas (órbitas calientes), incluso en los casos en los que, observando una imagen, los astrónomos no pudiesen hacer esa distinción.
Es decir, al medir las órbitas estelares, los investigadores podrán determinar si el pasado de una galaxia se debe a la evolución interna y aislada de la misma, una sucesión silenciosa de fusiones pequeñas o si se ha formado a partir de una adhesión violenta.
CALIFA, que con su muestra de 300 ejemplares se ha convertido en uno de los archivos más extensos sobre la dinámica de las galaxias hasta la fecha, destaca por ser el primer estudio en plantear un esquema de organización de galaxias basado en la distribución orbital de las estrellas y, por tanto, distinto al diagrama clásico de Hubble (que se centra en su clasificación morfológica), explica Falcón.
Este investigador también reconoce que los resultados de este estudio “plantean algunos problemas a las teorías actuales sobre la formación y evolución de galaxias”.