Ya no hace falta que seas de España para saberlo: cuando en un partido de fútbol compiten el FC Barcelona y el Real Madrid, millones de personas (650 millones, concretamente) se vuelven locas en 170 países a través de 58 cadenas de televisión. Se le llama “el clásico” por la ya mítica rivalidad que hay entre los dos equipos, y su audiencia está subiendo hasta un 60% fuera de España. En Twitter el último partido generó 900 millones de interacciones.
Y el próximo clásico, que se celebra este sábado a las 16:15 horas (zona horaria española), va a tener una novedad que bien merece mención en Xataka: un sistema de cámaras de la mano de Intel, llamado Replay 360, con el que podremos ver las jugadas clave del partido a 360 grados. Si te gusta el fútbol, márcate este partido en la agenda.
Intel nos ha mostrado el nuevo sistema en el Camp Nou, recinto en el que se celebrará el partido y en el que se ha instalado ese sistema de cámaras. En el evento han asistido el Director General de la división de deportes de Intel James Carwana, el director del departamento de Audiovisual de LaLiga Melcior Soler y el jefe de realización de MEDIAPRO Óscar Lago.
38 cámaras grabando vídeo a 5K
¿Cómo se consigue este efecto “a lo matrix” en el que podemos ver una jugada desde todos los ángulos con esta claridad? No es sencillo, desde luego. Para lograrlo se han instalado 38 cámaras alrededor de todas las gradas del estadio, que graban el partido y, que dada la orden desde una sala de control, generan la escena automáticamente.
Insisto: hay que dar la orden manualmente, las cámaras no lo hacen todo automático. Son los operarios los que deciden las jugadas a partir de las que renderizar un vídeo a 360 grados. Las lentes graban constantemente, pero hasta que no se elige generar una escena éstas no reaccionan.
Estas cámaras, colocadas a media altura, cuentan con un sensor CCD capaz de grabar vídeo a resoluciones 5K a 25 fotogramas por segundo. Dichas cámaras pueden tener hasta 20 grados diferentes de inclinación y cuentan con un zoom digital de seis aumentos. De momento las televisiones emitirán ese vídeo a una resolución máxima de 4K con vistas a mejorar en el futuro.
Las escenas que se graban duran unos 20 segundos más o menos, y una vez se han grabado el tiempo apremia. Hay que tener en cuenta que la audiencia quiere ver la repetición de una jugada lo antes posible, y renderizar el vídeo desde todas esas cámaras y ángulos es una tarea que requiere mucha potencia.
50 GB de vídeo procesado por segundo
Pero nada que no sea imposible. Junto al estadio, Intel coloca un servidor dedicado para cada cámara, que recoge rápidamente el vídeo grabado a través de un cableado de fibra óptica, y junto con el resto de servidores de cada lente procesa 50 GB de datos cada segundo para generar el vídeo final. Dicho vídeo, aunque dura sólo unos 30 segundos como máximo, puede ocupar 1 TB de espacio.
Y hay que elegir bien la jugada que se quiere renderizar, porque el procesado dura unos dos minutos (mientras los que no puede renderizarse nada más) y las cámaras dejan de grabar durante sesenta segundos.
El futuro de este sistema pasa, cómo no, por la realidad virtual y una mejora de la resolución de las cámaras, que podrían llegar a grabar las jugadas incluso a 20K. También se habla de cámaras en el propio equipamiento de los jugadores, para poder ver exactamente lo que ven ellos durante el partido.
Es prometedor, pero, según Intel, las resoluciones que tenemos para poder hacer eso aún son demasiado bajas. Cuestión de esperar a que la tecnología siga avanzando, y, mientras tanto, disfrutar de esos vídeos a 360 grados que podremos ver en el partido de mañana.