La Armada argentina advirtió hoy que el submarino desaparecido hace una semana con 44 personas a bordo entró en una fase “crítica” en cuanto a la disponibilidad de oxígeno y señaló que, por el momento, no se estableció “ningún tipo de contacto” con él.
En declaraciones a la prensa, el capitán de navío Enrique Balbi, portavoz de la fuerza naval, reveló que el martes por la tarde un buque estadounidense había divisado dos bengalas blancas y una naranja en la zona de búsqueda del ARA “San Juan”, por lo que se enviaron otras tres unidades marítimas y una aeronave.
Sin embargo, tras rastrear el área de forma acústica con sonares y de manera infrarroja con imágenes térmicas, además de con un “detector de anomalías magnéticas”, se comprobó que no hay “ningún tipo” de indicio para suponer que fuesen lanzadas desde el buque.
“Estamos en la parte crítica respecto al oxígeno, suponiendo que no tiene capacidad de llegar a superficie y poder renovar”, aseguró Balbi, quien insistió en que no descartan que el submarino haya podido salir de la inmersión, por lo que continúan en la “fase de búsqueda y rescate”.
El portavoz de la Armada celebró que este miércoles, cuando se cumple una semana desde que el “San Juan” se comunicó por última vez, es “un día óptimo” para la exploración aérea y marítima gracias a la mejoras climáticas, aunque el jueves “se empieza a complicar nuevamente”.
“No puedo hacer conjeturas, no tenemos indicios”, señaló antes de insistir en que se está haciendo un esfuerzo muy grande “humanamente” y con la “más alta tecnología” de países extranjeros, por lo que pidió a los familiares de los 44 tripulantes que mantengan las “esperanzas”.
Además de cerca de una veintena de equipos marítimos y aéreos nacionales, colaboran en el operativo con medios materiales y humano países de todo el mundo, como Estados Unidos, Reino Unido, Brasil, Chile, Colombia, Perú, Uruguay, Francia y España.
El último paradero conocido del submarino fue en la zona del Golfo San Jorge, en la Patagonia argentina, a 432 kilómetros de la costa, donde se encontraba en su camino desde la base naval de Ushuaia, la provincia más austral del país, y Mar del Plata, en el sur de Buenos Aires, a donde tendría que haber llegado este lunes.