El primer ministro de Haití, Ariel Henry, se reunió este martes con los únicos 10 senadores cuyo período electivo no ha concluido, para debatir sobre la reforma a la Constitución y la posterior celebración de elecciones generales, en medio de la grave crisis en el país.
“Antes del verano, Haití tendrá una nueva Constitución. Haremos todo lo posible para que antes del verano tengamos una Constitución que nos permita celebrar elecciones”, prometió el jefe de Gobierno tras el encuentro con los legisladores miembros de un Parlamento cerrado.
El propósito es realizar las elecciones tres meses después de la creación de la Asamblea Constituyente, dijo Henry.
Añadió que se trata de (celebrar) elecciones que no sean impugnadas “por nadie”, para que haya nuevos elegidos que se hagan cargo del Estado haitiano, pero también “para que lo antes posible volvamos a un funcionamiento normal de las instituciones”.
“En cuanto al calendario de las elecciones lo digo de nuevo, debemos celebrar elecciones lo antes posible. Si pudiéramos celebrar las elecciones mañana por la mañana, sería favorable para mí”, acotó.
Dijo que estaba decidido a celebrar las elecciones en un entorno pacífico. Según él, desde el punto de vista económico, el país no puede seguir esperando, pues hay que generar inversiones y puestos de trabajo.
“No tenemos tiempo que perder, hay una emergencia”, afirmó, y aseguró que está decidido a recuperar cuanto antes el funcionamiento del país.
Henry opinó aseveró que quiere evitar caer en nuevas crisis tras las elecciones.
Según el primer ministro, el establecimiento del Consejo Electoral y de la Asamblea Constituyente depende de los sectores de la vida nacional.
“Es casi seguro que para el 7 de febrero (próximo) tendremos una Asamblea Constituyente y un Consejo Electoral Provisional”, reveló.
“Hay que acabar con este ciclo de crisis para retomar el desarrollo del país”, dijo, lamentando que la nación “se hunde” en una miseria de la que no se siente orgulloso.
Haití atraviesa una severa crisis en prácticamente todos los órdenes, situación que se agravó con el asesinato en julio pasado del presidente Jovenel Moise.