
La ira popular ha alcanzado niveles sin precedentes en el país desde que la Justicia estadounidense tomara la decisión de no procesar a los agentes responsables de la muerte de los afroamericanos Michael Brown y Eric Garner.
En estos momentos, un grupo de madres que perdieron a sus hijos a manos de la Policía prestan testimonio en el Congreso de EE.UU.