SANTIAGO.-El aniversario de la muerte del doctor José Francisco Peña Gómez, que se conmemora este sábado, encuentra al Partido Revolucionario Dominicano (PRD) en medio de la peor crisis de su historia y con escasas perspectivas de unidad y poder.
El líder perredeísta falleció el 10 de mayo del 1998, a escasos días de las elecciones congresuales y municipales de ese año, donde su partido logró un exitoso desenlace.
Sin embargo, tras la partida de Peña Gómez, el Partido Revolucionario Dominicano inició un camino tortuoso dominado por las ambiciones personales y grupales, que junto a las fallas de formación ideológicas y pugnas internas lo fue alejando del corazón del Pueblo.
Su lapidaria frase “solo el PRD vence al PRD” ha sido el norte de las acciones que han sembrado de divisiones y confrontaciones a sus dirigentes, socavando las posibilidades de regresar o mantener el poder.
El Partido Revolucionario Dominicano se ha convertido en la negación del legado de su principal líder, no sólo en el plano ideológico al abrazar un proceso de derechización que lo ha separado de su base social y política, sino que ha marchado contra sus propios principios democráticos y alejándose de la vanguardia democrática que supuso para la sociedad dominicana.
En la postrimería de su muerte, Peña Gómez grabó un spot publicitario donde perdonaba sus más férreos detractores que se empeñaron recurrir a todo cuanto le fue posible para impedir su llegada al Poder.
Sin embargo, el legado del perdón de peña Gómez ha sido la más notable carencia entre los perredeístas que ahora se enfrentan en una lucha a muerte que ha disminuido el partido y las posibilidades de alcanzar el poder.
La Derechización
Junto al proceso de involución de las causas democráticas sobre la que se ha apoyado el Partido Revolucionario Dominicano, los dirigentes de esa entidad han girado hacia la derechización y coqueteo con los grupos conservadores, tradicionales enemigos políticos del PRD.
Ambos procesos fueron alejando al PRD de su tradicional base social, integrada por clase media y bajas de los centros urbanos y campesinos.
Ese proceso alejó al PRD de la juventud, principal fuerza de cambio político y social en una sociedad donde representan el mayor segmento población.
El mismo partido que fue la bandera de las oportunidades políticas para la mujer dominicana, en época de Peña Gómez, como fue la creación por Peña Gómez de la Federación de Mujeres Social Demócratas y la cuota del 33 por ciento para los cargos públicos para la mujer, de repente se convirtió en la negación de los derechos y conquistas de las mujeres en el marco del proceso de derechización e involución política.
El PRD dejó de ser el partido con amplios vínculos con las organizaciones sociales, de la sociedad civil, populares y campesinas para convertirse en el coauspiciadores de los proyectos del conservadurismo.
Internacional socialista
Durante sus mejores años de esplendor político, Peña Gómez recurrió al internacionalismo y las ideas del socialismo democrático en la otrora Internacional Socialista, cuando esta organización, todavía no era el club de turistas y oportunistas en que ha degenerado,
El PRD de entonces, vinculado a la vanguardia política de America Latina y el mundo, contra las dictaduras y por los avances políticos del momento hacía páginas de historia.
Sin embargo, tras su muerte, su partido se alejó de sus ideas políticas abrazando el neoliberalismo como postulado económico y político que se contrapone al pensamiento emergente en América Latina. Y la mayoría de sus dirigentes se han vuelto incapaces de gestionar un proyecto político que no sea sustentado en el activismo asalariado y el clientelismo mediático.
Al filo de la Navaja
La lucha por el control institucional del PRD ha erosionado al Partido, cuyas encuestas los ubican con escasas perspectivas de poder y en un descenso vertiginoso de su simpatía en el electorado dominicano.
Entrampado en las demandas y contrademandas del Tribunal Superior Electoral, el liderazgo perredeísta ha sido incapaz de acogerse a un proceso de diálogo que supere sus diferencias e intereses grupales ni de forzar una salida política que lo saque del circulo vicioso involutivo en que se encuentra.
Muchos analistas consideran escasas las posibilidades de que las fuerzas políticas que inciden en el PRD se pongan de acuerdo para construir una alternativa política, a partir del Partido o sacar adelante un nuevo proyecto que capte el entusiasmo y la confianza del electorado dominicano.
El futuro del PRD apunta, más bien, hacia el camino del Partido Reformista, un partido cuya cúpula ha formulado muchas alianzas y grandes negocios desde el Poder, pero que ha entrado en un consumidero de su potencial político electoral y de conquistar el poder por sí mismo.