Como un papa comprometido, líder y defensor de la Iglesia católica fue calificado Benedicto XVI tras su fallecimiento este sábado, a los 95 años, por jerarcas católicos y Gobiernos de América, que recordaron su paso por la región y extendieron su pésame al Vaticano.
La Conferencia Episcopal Argentina le dio las “gracias por su servicio a la Iglesia universal, con una entrega generosa y hasta el final de su vida, con su fe robusta, su esperanza incólume y su caridad ejemplar”.
El cardenal de Paraguay, Adalberto Martínez Flores, compartió que se unieron en oración por su “eterno descanso”.
La Conferencia Episcopal Peruana (CEP) resaltó que “fue uno de los teólogos más destacados del siglo XX” y “el primer pontífice en usar las redes sociales para llegar a todos los fieles, lo cual marcó un hito en la historia de la Iglesia”.
“Yo quisiera que podamos recordar al papa Benedicto no como el papa que renunció, sino el papa que amó a la Iglesia (…) creo que lo más grande del papa Benedicto es que amó en todas las etapas de su vida a la Iglesia”, dijo por su parte el arzobispo de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa.
El alemán Joseph Ratzinger, de 95 años, renunció al pontificado en febrero de 2013 y desde entonces vivía en el convento Mater Ecclesiae, en el interior de la Ciudad del Vaticano.
Un papa comprometido
El mandatario de EE.UU., Joe Biden, lo describió como “un ser guiado por sus principios y su fe”, y sostuvo que siempre recordará “su generosidad y bienvenida”, en una “significativa conversación” que tuvieron en un encuentro.
A la par, su secretario de Estado, Antony Blinken, expresó que era “un hombre santo, testigo de la fe” y un “defensor de las personas vulnerables, incluidos los refugiados, los desplazados internos y los migrantes”.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, líder de la ultraderecha brasileña y quien mañana deja el cargo, expresó que Benedicto XVI vivió “dedicado a la verdad” y, “en defensa del Evangelio, criticó sin miedo los errores de la ‘teología de la liberación’, que pretende confundir al Cristianismo con conceptos equivocados del marxismo”.
Por su parte, el futuro líder brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, valoró su “compromiso con la fe y las enseñanzas cristianas”.
El Ministerio de Relaciones Exteriores peruano destacó que el “legado espiritual e intelectual” del papa emérito permanecerá en los corazones y mentes de la humanidad en su conjunto”. Al duelo se unió el Gobierno de Venezuela, que exaltó la labor de Benedicto XVI por la defensa de las clases más humildes y desfavorecidas.
También, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, lo calificó como un “guía espiritual para millones en todo el mundo y uno de los teólogos académicos líderes de nuestro tiempo”.
Benedicto XVI deja un “fructífero legado y demostró en su vida que la fe, la razón y la justicia pueden ir de la mano. Que en paz descanse”, escribió el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez.
A su turno, como “irreparable” definió el Ejecutivo de Guatemala la muerte de Benedicto XVI y envió su solidaridad con el “pueblo católico”.
De otro lado, el expresidente boliviano Carlos Mesa lo recordó como “un notable y comprometido líder religioso” que vivió “una de las etapas más complejas para la Iglesia católica” y cuya decisión de renunciar cambió el rumbo de la institución.
“Traslado las más sentidas condolencias en ocasión del fallecimiento del papa emérito Benedicto XVI, quien nos honrara con su presencia en Cuba durante la visita apostólica realizada en 2012”, declaró el canciller cubano, Bruno Rodríguez.
Mientras, Costa Rica decretó cuatro días de duelo nacional que, según la Casa Presidencial, obedecen a una cortesía por quien fuera la máxima autoridad de la religión del Estado Costarricense.
También, el Gobierno de Colombia expresó sus “sinceras condolencias” y elogió a Benedicto como un “destacado humanista y defensor de la justicia social”, que será recordado por dedicar su vida a la “renovación de la Iglesia”.
Finalmente, el mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, reconoció a Joseph Ratzinger como “un prominente estudioso y teólogo destacado”.
El papa Francisco oficiará el funeral de Benedicto XVI el próximo 5 de enero en la plaza de San Pedro del Vaticano.