Ante todo quiero destacar algo esencial y que debemos tener muy presente: El sueño es fundamental para mantener la salud!. La función básica del sueño, si la podemos definir en una sola palabra, es “reparadora”.
Usted se preguntará seguramente ¿reparadora de qué? Bueno para que tenga en cuenta es reparadora de las funciones psíquicas y físicas, es decir de todo. Quien no tiene un adecuado sueño, tarde o temprano se enferma.
¿Cuántas horas dormir?
Seguramente habrán oído decir más de una vez que lo ideal y aconsejable es dormir entre 7 y 8 horas diarias, pero no siempre pasar ocho horas en la cama por la noche es sinónimo de buen dormir y aunque se vayan a la cama con tiempo suficiente para el descanso recomendado, pueden interferir algunos hábitos cotidianos que alteren el sueño. Uno debe despertarse con sensación de haber tenido un sueño descansado y reparador. Es decir no es solo el número de horas sino la calidad de las mismas.
Cuáles son los hábitos frecuentes que pueden alterar nuestro descanso
Las bebidas
¿Qué pasa cuando bebemos café muy tarde? Bueno un café después de cenar no es lo adecuado para dormirnos rápidamente. Un estudio de la Universidad de Colorado comprobó que tomar un café doble tres horas antes de ir a dormir causa un retraso en el reloj interno de 40 minutos. Otra investigación publicada en el Journal of Clinical Sleep Medicine señala que incluso tomado seis horas antes de ir a la cama reduce el sueño en más de una hora.
En cuanto a tomarnos una copa de vino después de cenar. tampoco es buena idea. Puede ocurrir que en un principio relaje e induzca el sueño pero no va a ayudar a la calidad del mismo.
Cuidado que el alcohol puede inducir el sueño en algunas personas pero altera sus fases. Es decir cuando dormimos el cerebro transita distintas etapas y el alcohol aunque ayude a iniciar el sueño altera los ciclos internos del mismo generando muchas veces que el descanso no sea reparador.
Sigamos con otro punto muy actual y frecuente.
La tecnología
Todos sabemos que los dispositivos electrónicos ya son parte de nuestra vida cotidiana, también a la hora de ir a dormir. Leer un mail o recorrer aplicaciones ya son parte de lo cotidiano. Sin embargo, toda esta tecnología afecta al sueño más de lo que uno cree.
Las pantallas emiten una luz azul (incluida la televisión) que reduce la producción de melatonina. La melatonina es una hormona segregada en el cerebro por la glándula pineal que regula el ciclo sueño – vigilia. Sucede que la luz de los dispositivos tecnológicos modifica la función de la glándula pineal y la secreción de la melatonina y con eso el ritmo circadiano, que es el ritmo diario, sueño – vigilia.
Como vemos, la dependencia de las redes sociales también puede influir en la calidad del sueño. En un estudio hallaron que las personas de entre 10 y 32 años eran dos veces más propensos a tener problemas de sueño en comparación con que quienes no manejaban entornos digitales. En promedio, los participantes utilizaban las redes sociales 61 minutos y visitaban distintas cuentas de las mismas 30 veces a la semana. La evaluación reflejó que casi el 30% de los participantes tuvieron niveles altos de alteración del sueño que fueron acreditadas a la utilización de sistemas digitales.