El 10 de junio de 2023, celebramos 88 años de fundación de la comunidad de Alcohólicos Anónimos. A.A. comenzó en 1935, en Akron, Ohio, como resultado de la reunión entre WILLIAM GRIFFITH WILSON (Bill W), un corredor de bolsa de Nueva York, y ROBERT HOLBROOK SMITH (Dr. Bob S), un cirujano de Akron, Ambos habían sido alcohólicos desahuciados.
Alcohólicos Anónimos en República Dominicana. En el año 1962 se iniciaron las reuniones de A.A. en la República Dominicana. Los primeros miembros empezaron a reunirse en diferentes hogares de Santo Domingo, hasta que consiguieron un confortable salón en el traspatio de la Iglesia Episcopal Ortodoxa de la Epifanía, situada en la Avenida Independencia No.253, en el sector Gazcue. El 21 de enero del 1963, empezaron a sesionar como grupo Santa Mercedes y sigue funcionando.
En el mes de junio de 1968 se fundó en Santiago de los Caballeros el segundo grupo, el Santa Isabel. Así siguió propagándose el mensaje de A.A. por todo el país estableciéndose nuevos grupos.
Hoy día contamos con 66 grupos a nivel nacional. La Junta de Servicios Generales para Alcohólicos Anónimos de la Republica Dominicana tiene su sede en Santiago de los Caballeros, en la Calle Beller esquina Sully Bonelly altos, con teléfono 809-275-5842.
Si no hubiese sido por la ayuda de los amigos de A.A. en sus primeros días, es probable que Alcohólicos Anónimos nunca hubiera existido. Amigos que, desde entonces, han contribuido con su tiempo y su energía, especialmente nuestros amigos de la medicina, la religión y los medios de comunicación. Sin ellos A.A. nunca podría haber crecido y prosperado.
La Comunidad expresa su perenne gratitud por esta amistosa ayuda. Esta organización ha prestado un servicio a la humanidad, que se ha logrado mediante la rendición, se ha conseguido bajo el principio del anonimato, de la unidad, el principio de la autodeterminación y el auto sostenimiento; varios millones de personas han vuelto a descubrir y han visto renacer su ser emocional, físico y espiritual.
Esta comunidad surgida de las profundidades del sufrimiento intenso y de un estigma universal, no sólo ha indicado la forma de vencer una condición morbosa del cuerpo, de la mente y del alma, sino que también ha vigorizado la vida individual, familiar y social de nuestros tiempos.
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