Miles de personas protestaron el jueves por segundo día consecutivo en la capital de Nicaragua y otras ciudades del país, en rechazo a una polémica reforma a la seguridad social que aumentará el aporte de trabajadores y empleadores y reducirá las futuras pensiones, informa Reuters.
La vicepresidenta, Rosario Murillo, confirmó el fallecimiento de tres personas en las protestas y ordenó una investigación y el castigo a los culpables. Opositores han denunciado cuatro muertes.
En una declaración excepcional el jueves pasadas las 23:00, hora local, Murillo, esposa del presidente Daniel Ortega, calificó estas muertes como “crímenes de odio”.
“Por esos crímenes nosotros demandamos castigo, por esos muertos nosotros demandamos castigo. La Policía Nacional tiene que investigar cómo murieron estos nicaragüenses y tiene que castigar a los culpables porque no pueden quedar estos crímenes en la impunidad”, indicó, reportó EFE.
En Managua, estudiantes tomaron la estatal Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) y se enfrentaron con piedras y bombas molotov con la policía antimotines, que buscaba recuperar la sede de la principal casa de estudios del país con bombas lacrimógenas y balas de goma, dijeron testigos citados por Reuters.
La protesta fue mayor que la del miércoles, ya que a los jubilados se unieron empresarios y universitarios en varias ciudades.
Murillo justificó la represión contra lo que llamó “minúsculos grupos” como legítima defensa.