Al menos 71 personas murieron y 350 más resultaron heridas en atentados cometidos en Irak durante las últimas horas, incluida la explosión de una bomba cerca de un consulado francés y otra en la sede de la compañía petrolera pública iraquí.
Estos ataques llevan a 101 los muertos por la violencia en Irak desde que comenzó el mes de septiembre.
La mayoría de los ataques se produjeron poco antes de la condena a muerte en ausencia del vicepresidente sunita Tarek al Hashemi, reconocido culpable de haber encargado dos asesinatos. Hashemi niega la acusación y denuncia un juicio político.
En Nasiriya, a 300 km al sur de Bagdad, una bomba colocada en un coche estacionado cerca del consulado de Francia estalló hacia las 9H00 (6H00 GMT), según una fuente diplomática francesa.
El cónsul honorario no se encontraba en el lugar. Según la página web del municipio, una persona murió y otra resultó herida.
Francia condenó “con la mayor firmeza los atentados perpetrados desde ayer en varias ciudades de Irak (…) y en especial el atentado delante del consulado honorario de Francia en Nasiriya”, indicó la cancillería francesa.
Martin Kobler, enviado especial del secretario general de la ONU en Irak, condenó en un comunicado estos ataques “odiosos”.
En la misma ciudad, un atentado con coche bomba frente a un hotel causó dos muertos y otros tantos heridos, informó el director del hospital municipal y una fuente de los servicios de seguridad.
El atentado más mortífero se produjo el domingo por la mañana en un mercado, cerca del mausoleo del imán chiita Alí al Sharki, en el sur del país, donde estallaron dos coches bomba.
El primero hizo explosión en el mercado cuando estaba abarrotado de gente y el segundo cuando llegaron los equipos de auxilio. Catorce personas murieron y 60 fueron heridas, según el médico Alí al Alaa, de los servicios sanitarios de la provincia de Mesena.
El sábado por la noche, unos desconocidos abrieron fuego contra soldados en un retén militar cerca de Balad, a 70 km al norte de Bagdad. En cuanto llegaron refuerzos al lugar, estalló una bomba colocada a la orilla de la carretera.
En total, 11 soldados perdieron la vida y ocho más resultaron heridos, según un coronel y un médico del hospital de Balad.
A primeras horas de la mañana del domingo, una bomba estalló cerca de Kirkuk, en el norte del país, en el aparcamiento de la sede de la empresa petrolera pública iraquí North Oil, la compañía encargada de la explotación de los hidrocarburos en la zona.
Siete personas murieron y 17 resultaron heridas, según un oficial de la policía y un doctor de un hospital cercano.
Las víctimas esperaban en el aparcamiento con la esperanza de ser contratadas en la unidad de protección de las instalaciones de la North Oil Company.
En Bagdad tres atentados con coche bomba en diferentes barrios dejaron al menos 15 muertos y 57 heridos, según una fuente médica y otra del ministerio de Interior.
El centro de la norteña localidad de Kirkuk también fue escenario de dos atentados, que causaron tres muertos y más de 70 heridos, según un oficial de la policía y un médico del hospital local. Un corresponsal de la AFP vio numerosos coches destrozados y edificios de las autoridades provinciales alcanzados por el impacto de las deflagraciones. Las calles de la localidad estaban desiertas.
La ciudad forma parte de una franja territorial de 650 km que se disputan la región autónoma de Kurdistán y Bagdad.
La oleada de atentados del domingo no ha sido reivindicada, pero Al Qaida en Irak afirmó recientemente que quería reconquistar el territorio perdido.
También hubo ataques mortíferos en el oeste de Kirkuk, Tuz Jurmatu, Tal Afar, Samarra, Taji y Baquba.
En Basora, la gran ciudad del sur del país, que no suele verse golpeada por la violencia, hubo tres muertos y al menos 20 heridos al estallar un coche bomba.
Aunque el número de ataques ha disminuido considerablemente con relación a los años 2006-2007, éstos siguen siendo muy frecuentes en Irak, inmerso desde hace varios meses en una crisis agravada por tensiones confesionales.
Un soldado iraquí observa un coche destrozado por una explosión este domingo junto a una compañía petrolera estatal situada a 15 km de Kirkuk, principal ciudad del norte de Irak.