Al menos 61 personas murieron este domingo y unas 300 resultaron heridas en la provincia de Kermanshah, en el oeste de Irán y fronteriza con Irak, a causa de un terremoto de 7,3 grados en la escala de Richter, según los Servicios de Emergencia.
El director de los Servicios de Emergencia, Pir Hosein Kolivand, explicó a varios medios oficiales que las tareas de rescate se están viendo obstaculizadas por el corte de algunas carreteras rurales.
Las poblaciones más afectadas fueron Ghasr Shirin, Sarpul y Azgale.
La cifra de víctimas ha ido aumentando con el paso de las horas pero todavía es difícil cuantificar los daños en las poblaciones de Kermanshah afectadas debido a que tanto las comunicaciones telefónicas como el sistema eléctrico han sufrido cortes.
Los habitantes han salido a las calles ante el temor de que se derrumben los edificios y al lugar se han desplazado numerosas ambulancias.
El Centro Sismológico de Irán, dependiente de la Universidad de Teherán, informó de un terremoto de 7,3 grados en la escala de Richter y a 11 kilómetros de profundidad en la localidad de Azgale.
Una treintena réplicas, algunas de hasta 4,5 grados, se sintieron en varias provincias iraníes, incluida la capital Teherán.
La organización de gestión de crisis del Ayuntamiento de Teherán pidió a la población tranquilidad y aseguró que los órganos de seguridad y los servicios sanitarios están en alerta.
Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el seísmo se produjo a las 21.18 hora local del domingo (18.18 GMT) cerca de la ciudad iraquí de Halabya, en la región del Kurdistán, donde al menos cuatro personas murieron y 500 resultaron heridas.
Irán tiene una gran actividad sísmica. El terremoto más grave hasta la fecha se produjo en junio de 1990, cuando perdieron la vida 37.000 personas en varios pueblos del norte del país.
Otro seísmo registrado en diciembre de 2003 en la provincia meridional de Kerman se saldó con 31.000 fallecidos.