os familias de El Bronx vieron salir a sus hijos de casa el miércoles rumbo a la escuela Urban Assembly School for Wildlife Conservation, pero ninguno volvió. Uno está en prisión y otro en la morgue. Ese fue el fatal desenlace de un presunto caso de acoso escolar (‘bullying’) que pudo remediarse a tiempo, según estudiantes y padres de esa escuela.
El adolescente puertorriqueño Abel Cedeño, aparentemente cansado del acoso que sufría en la escuela, apuñaló mortalmente a su compañero de clases Matthew McCree, de 15 años. Otro estudiante, Araine LeBoy, de 16, también sufrió heridas, y la Policía confirmó este jueves que su condición seguía siendo grave. El violento incidente ocurrió el miércoles durante la clase de historia.
Cedeño no presentó una declaración de culpabilidad durante su comparecencia este jueves ante un juez en la Corte Criminal de El Bronx, pero la fiscal adjunta Nancy Borko dijo que el adolescente “admitió comprar un cuchillo en internet dos semanas antes y apuñalar a dos personas”. El joven fue impuesto de cargos formales de asesinato en primer grado, dos cargos de intento de asesinato, un cargo de homicidio involuntario, un cargo de intento de homicidio involuntario, dos cargos de agresión y dos cargos de posesión criminal de un arma.
Savannah Hornback, portavoz de la familia del adolescente, dijo en la corte que Cedeño había sido acosado durante años por su “orientación sexual y su origen étnico”.
El juez Patsy Gouldbourne ordenó una evaluación psicológica, solicitada por la defensa, que además pidió que el chico fuera colocado bajo vigilancia por posible intento de suicidio.
Según reportes, la madre de Abel había solicitado ayuda al personal de la escuela para frenar el ‘bullying’, pero el Departamento de Educación de la Ciudad (DOE) no había confirmado esta versión.
El NYPD confirmó a El Diario que entre los motivos que investiga como móvil de este caso está el presunto ‘bullying’ que sufría el acusado.
“Se cansó del acoso”
Pero el violento actuar de Cedeño parece no coincidir con su personalidad. Sus vecinos lo describen como “tímido” y “muy callado”.
Olga Camacho, una vecina de la familia del joven de 18 años, se refirió al adolescente como “una dulzura”.
“Muy bien educado, muy atento. Me saludaba y me abría la puerta cuando volvía al apartamento con la compra. Un muchacho que jamás dio problemas”, expresó Camacho. “No había quejas de él, muy bien portado. Yo pienso que se cansó del acoso, se quebró, llegó a su límite. Algo pasó que lo hizo comportarse tan violentamente”.
Miguel Martínez, el encargado del edificio, en el vecindario de Belmont, reveló que la madre de Cedeño, a quien identificó como Luz Ramírez, viajó a Puerto Rico unas semanas antes de que el huracán María devastara la isla y no había podido regresar a la Gran Manzana. La familia se mudó al edificio hace un año y medio.
“Es muy extraño que ese muchacho terminara por apuñalar a alguien, porque su mamá es muy estricta. Ella lo ha educado bien”, dijo Martínez. “Son una familia buena, con buenos valores. He tomado café en la casa de ellos y son personas espléndidas”.
Martínez dijo que Cedeño es el menor de sus hermanos. “Son dos muchachos y dos muchachas, pero una de ellas ya se ha mudado. El padre no vive con ellos. La madre es la que los cuida”, expresó.
“Tal vez ese muchacho solo se estaba defendiendo. La Policía y la Ciudad deben averiguar lo que realmente pasó”, dijo Olga Camacho.
Una escuela con problemas
El apuñalamiento sorprendió a los neoyorquinos, principalmente porque no se había registrado una muerte dentro de un plantel en más de 15 años, pero no a los estudiantes de la escuela conocida como “Zoo School”, quienes aseguran que han denunciado casos de acoso en el pasado.
“El personal de la escuela hace poco por frenar el acoso, no importa que se reporte con insistencia, ellos no prestan atención”, dijo Ilaisa Tolentino, de 16 años y estudiante de 12 grado. “Abel es amigo de mi amigo, sé que es un buen chico. Simplemente se cansó de ser molestado”.
El padre de Ilaisa, Malcom Tolentino, dijo que todos los días lleva a su hija a la escuela y la recoge después de clases. “No es seguro dejarla sola. Tenemos dos guardias de seguridad para cientos de estudiantes. La situación se les fue de las manos”, dijo Tolentino. “Habíamos pedido decenas de veces los detectores de metales, es una pena que el personal y la Ciudad decidieran escucharnos después de la tragedia, todo pudo evitarse”.
Uneek Valentín contó que su hijo, Yvalentín, continúa aterrado. El jovencito envió un desgarrador mensaje de texto poco después del incidente, en el que se leía: “Mamá, si no escuchas hoy de mí quiero que sepas que te amo y te agradezco por mi gran niñez… Hay un severo cierre de emergencia. Hoy alguien fue apuñalado, hay sangre en el piso”.
“Es muy triste, lo siento por las dos familias. Son las vidas destruidas de dos niños que pudieron tener otro final. Pero no estoy sorprendida, la escuela no es segura”, dijo la madre.
Las estadísticas del DOE reflejan el sentimiento de los padres y estudiantes acerca de la seguridad en la Urban Assembly School for Wildlife Conservation. Únicamente el 19% de los maestrosinformaron sentirse seguros dentro de ese plantel, en una encuesta del DOE del 2016, muy por debajo del promedio de la ciudad del 75%. En el mismo sondeo solo el 55% de los estudiantesdijeron sentirse seguros en los pasillos de la escuela, muy por debajo del promedio de la ciudad que es del 84%.
La directora de la escuela, Astrid Jacobo, no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios. Este plantel cuenta con 545 estudiantes, el 98% provenientes de comunidades minoritarias, siendo la mayoría hispanos con el 71%, seguidos de los afroamericanos que representan el 24.3%.
La Policía confirmó que la escuela no tenía detectores de metales. Según reportes, un estudio previo “determinó que no eran necesarios”. Mientras se investiga, el alcalde Bill de Blasio dijo que “habrá detección aleatoria inmediata con detectores de metales y personal adicional de seguridad escolar” desde este jueves, pero para los padres sigue siendo insuficiente.
“Se necesita más que eso en este momento para garantizar verdaderamente la seguridad de los niños”, dijo Jeanette Martínez, una madre con dos hijas en la escuela.