Buenas Tardes al Sr. Edwin De los Santos, presidente del Consejo de Directores de AMCHAMDR, al Sr. William Malamud, vicepresidente ejecutivo de AMCHAMDR a los Miembros del Consejo de Directores de la Cámara Americana de Comercio y buenas tardes a todos y todas,
Sé bien lo que se espera de este tipo de intervenciones de los candidatos antes de la campaña electoral:
Un diagnóstico del panorama económico; quizás en mi caso, como candidato opositor, algunas críticas al gobierno.
Sin embargo, aunque todo eso es importante, pienso que hay algo más urgente de lo que debemos hablar.
Señoras y señores, la democracia liberal está en crisis en todo el mundo occidental.
El sistema político, social y económico, por el que hoy nos regimos está siendo cuestionado y retado permanentemente.
Esa es la verdad. Y cada día tenemos más ejemplos.
Podemos verlo en países europeos como Francia, Alemania y España, donde las tentaciones totalitarias están ganando espacio electoral frente a los partidos tradicionales.
Y este descontento no solo sucede en países desarrollados y democracias maduras. También afecta profundamente a los países de América Latina.
Y si vamos aún más cerca, las cifras de abstención de las últimas elecciones municipales en nuestro país son otra muestra de la dificultad de nuestro sistema y del desafecto de los ciudadanos.
Por mucho que el gobierno intente vender la idea de un éxito electoral, la verdad es que obtuvo poco más del 22% de los votos de la totalidad de los electores.
¿Y saben cuál es la razón por la cual estamos viviendo esta crisis?
Yo creo que la razón más importante es que las grandes mayorías sienten que los dirigentes no les dicen la verdad.
Por eso, yo realmente me he propuesto venir aquí a decir la verdad.
El mundo ha cambiado más en los últimos 30 años que en los anteriores 300. Y la tecnología permite a todos contemplar las posibilidades que se abren hoy para una minoría privilegiada.
El lujo, los viajes, la buena vida, los excesos. Todos pueden verlo desde su teléfono, pero muy pocos lo alcanzan.
Estamos en el momento de la Historia en que más riqueza se ha creado y también en el que hay una mayor distancia entre ricos y pobres. Lejos de cerrar las brechas, las estamos abriendo.
A la mayoría de los ciudadanos les hablan de crecimiento económico, de desarrollo, de progreso. Pero su día a día se sigue deteriorando. Veamos exactamente de qué estamos hablando cuando nos referimos a ese día a día.
Millones de dominicanos y dominicanas, empleados suyos, una parte de ellos, se levantan cada día a las 5 de la mañana, porque saben que tendrán que pasar más de una hora en una guagua, o un carro, o en los dos, apiñados para llegar al trabajo. O más bien a los trabajos, porque con uno solo no alcanza. Recordemos que el salario promedio cubre menos de la mitad del costo de la canasta básica.
Al terminar el día, tras otras dos horas de tránsito de vuelta, llegan a su casa en la quizás no hay ni luz eléctrica. Si hay suerte, se irán a dormir mal cenados y exhaustos, después de haber lavado a mano el uniforme para el día siguiente, cuando comenzarán todo de nuevo.
En estos hogares cualquier gasto extra es un lujo y una enfermedad crónica o cualquier intervención quirúrgica, pone en jaque la economía de toda la familia.
Y que conste que estas personas no son las más desafortunadas. Porque al menos tienen un empleo.
Existe otra gran cantidad de dominicanos y dominicanas que tienen que salir cada día a buscarse la vida, a ver si sacan para comer.
Pues bien, a todas estas personas a las que nos referirnos como “pueblo dominicano” y que viven diariamente esta realidad es a quienes se les dice que el país va bien, que somos un país de renta media, que estamos creciendo, que estamos cambiando…
¿Cómo no van a ser escépticos? ¿Cómo no van a estar enojados, desencantados y hartos de escuchar siempre lo mismo?
Soy perfectamente consciente de que esto que menciono es, como dijo Al Gore hace unos años refiriéndose al cambio climático, una verdad incómoda.
Sin embargo, es también una verdad necesaria y transformadora. Es, en realidad, el único camino para salvar nuestro sistema democrático y alcanzar un futuro seguro.
Yo estoy dispuesto a hacerlo. Yo voy a decir la verdad. Comenzando por mi propio partido y por la clase política en su conjunto.
Sí, es cierto, se han cometido errores.
En el PLD y en todos los partidos.
Y yo nunca voy a apoyar eso ni lo voy a justificar, pueden estar seguros. Quien se pruebe que ha actuado de forma irresponsable debe responder por sus actos ante la justicia, sea del partido que sea.
Ahora bien, si vamos a decir la verdad, digámosla completa.
Es hora de reconocer también que en este país se están cometiendo abusos de la justicia, persecusión y lawfare.
Eso no habla de una democracia estable.
Si no hay democracia, no hay seguridad jurídica.
¿De verdad creen que nuestra democracia será más fuerte, más próspera y más estable si todos miran para otro lado?
Soy candidato a la presidencia por el PLD.
Nuestro legado está presente en todo el territorio nacional.
Las grandes inversiones: carreteras, metro, teleférico, hospitales, escuelas, estancias infantiles… En programas y servicios como: El 911, la Asistencia Vial, República Digital, pasamos de ser un país análogo a un país digital … Cientos de miles de personas experimentaron el ascenso social en los gobiernos del PLD y eso nadie lo puede negar.
Actualmente, para mantener la popularidad, este gobierno gasta más de 10 mil millones de pesos anuales. Saben ustedes que si invirtieramos aunque sea el 50% de ese gasto equivalente a 5 mil millones de pesos pudiéramos construir en tan solo 4 años el Puerto de Manzanillo y Tres Hospitales de 330 camas, o 2 Nuevos puentes sobre el Río Ozama, o Tramo el III de la Circunvalación de Santo Domingo.
Por supuesto, ante estos oscuros augurios ustedes se preguntarán, con justa razón. Y entonces, ¿Cuál es la alternativa?
Pues, les propongo atacar de frente los principales problemas de la gente, los que aparecen siempre en primer lugar en las encuestas. En definitiva, les propongo llegar al gobierno a servir, que no es otra cosa que hacer lo que los dominicanos y dominicanas piden que se haga.
En concreto, la propuesta que les traigo tiene tres componentes fundamentales:
1. Mejorar el poder adquisitivo de la gente, 2. Garantizar orden y seguridad ciudadana
3. Garantizar servicios públicos de calidad.
Iniciemos con el primer componente, mejorar el poder adquisitivo.
Y la verdad es que sobre esto se han dicho muchas mentiras que ya es hora de desmontar.
Dice el señor Presidente que está dejando un país mejor de lo que lo encontró… Sin embargo, las cifras nos dicen lo contrario.
Al día de hoy, el salario real está 23% por debajo de lo que tenía en el año 2000. En pocas palabras, cuando las personas se quejan de que el salario no les alcanza, están diciendo una sencilla verdad.
Es más, en 2024, todavía no hemos recuperado el poder adquisitivo perdido durante el COVID, ni siquiera hemos recuperado el poder adquisitivo que teníamos en el 2018 y ustedes lo saben.
Tenemos el dudoso honor de ser uno de los pocos países en América Latina donde todavía no se recuperan los empleos formales del sector privado, ni tampoco el poder de compra del salario. Cuando el gobierno dice que se han recuperado los empleos formales, mienten, los invito a todos a que revisen los datos del Banco Central.
Por eso, hoy les digo: es hora de reinventarnos y construir juntos la República Dominicana del futuro. Y para ello es indispensable desarrollar nuevas actividades productivas, e insertarnos en nuevas cadenas globales de valor, con productos y servicios de mayor valor agregado y mayor contenido tecnológico.
Sin duda, la República Dominicana ha desarrollado un importante sector de equipos médicos y electrónicos en sus Zonas Francas, es hora de dar un paso más en esa dirección y diversificar la producción.
Muchos empresarios me han confiado que tendrían intención de expandir su producción, o de traer nuevas líneas de productos, pero que les falta algo, ya sea una planta de esterilización o una formación concreta entre sus empleados, estos son temas que un gobierno competente puede resolver rápidamente.
Entre estas empresas de alto valor añadido que buscaremos atraer destacan las dedicadas a los semiconductores, aprovechando las dinámicas de nearshoring y friendshoring, que las empresas estadounidenses están ampliando por motivos de seguridad nacional.
Buscaremos atraer inversión extranjera directa en servicios profesionales tercerizados, para que desde el suelo dominicano empresas internacionales den servicios de contabilidad, recursos humanos o gestión de clientes.
Citó el ejemplo de Santiago, donde cientos de jóvenes dominicanos ya están dando servicios de backoffice a grandes empresas norteamericanas.
Otro pilar de esta estrategia es el impulso de actividades locomotoras, y digo locomotoras porque, por su alto encadenamiento con otras actividades económicas, que sirven de motor para el desarrollo del país.
Este es el caso del turismo que, como ustedes saben bien, tiene un efecto multiplicador en la agropecuaria y los servicios.
Es imprescindible diversificar nuestro turismo, para que los beneficios del turismo no se concentren en un par de polos, sino que se extiendan por otras regiones.
Otra actividad que impulsaremos es el sector logístico, sobre todo considerando el potencial que tiene nuestro país de convertirse en un hub logístico.
Como verdaderamente cibaeño que soy les aseguro que es un sueño largamente esperado en toda la región tener un puerto importante en el norte y ese es el puerto de Manzanillo.
Asimismo, considero vital para el futuro de nuestro país insertar nuestra economía en la lucha contra el cambio climático.
Sabemos que las grandes potencias penalizarán los productos importados que tengan un alto contenido de emisiones asociadas a su producción. De hecho, ya la Unión Europea empezó a hacerlo a través del Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono.
Por eso, debemos apoyar a que nuestra industria migre a un esquema de parques verdes, con energías limpias y adecuados procesos de reutilización y reciclaje, reforzando nuestra ventaja competitiva.
Por supuesto, esta mirada al futuro no quiere decir que vamos a descuidar sectores tradicionales como la agropecuaria y la construcción, fundamentales para nuestra soberanía alimentaria y desarrollo estructural.
Por eso, la clave será lograr mayores niveles de tecnificación, mecanización y formación de la mano de obra. Este enfoque será además fundamental para hacer más atractivos estos sectores y abrir oportunidades de trabajo.
Quiero terminar este recorrido por las estrategias de mejora de la productividad hablando de innovación, que será el sello distintivo de nuestro gobierno.
La Cuarta Revolución Industrial ya está aquí y nosotros nos aseguraremos de que nuestros jóvenes no pierdan ese tren, preparándolos desde ya para las profesiones del futuro.
Mejoraremos la calidad de la educación y la promoción de los estudios STEM en la secundaria.
Y claro, a nivel superior los apoyaremos con becas internacionales para programas de innovación como biotecnologías, ingeniería de software o ingeniería de innovación y desarrollo, entre otras.
También lanzaremos un fondo concursable para financiar proyectos de investigación desarrollados conjuntamente entre universidades y empresas.
Al mismo tiempo, debemos conectarnos más y mejor con la valiosa comunidad dominicana que vive en el extranjero, donde grandes médicos, profesores, académicos y abogados se han destacado en otros países, quienes nos pueden ayudar con conexiones para fortalecer nuestra red de contactos y también con sus conocimientos y experiencia.
El segundo elemento del futuro seguro que queremos construir es el de combatir la delincuencia y poner en orden nuestra frontera.
Las familias dominicanas hoy tienen miedo. Y tienen razones para tenerlo.
Esa es la verdad de nuestro país hoy.
Pero yo quiero que la gente sepa que en nuestro gobierno eso se va a acabar. Estoy decidido a devolver la paz y la tranquilidad a la calles de todo el país.
Y sepan que si lo digo es porque lo cumplo.
Pregunte en Santiago si lo que prometemos lo cumplimos?
Para mejorar la seguridad ciudadana propongo primero desarrollar los 3 anillos de seguridad por demarcaciones territoriales, con monitoreo constante de casos y con encuestas telefónicas a los ciudadanos, que nos digan realmente qué está pasando en el territorio.
Al mismo tiempo, vamos a cerrar espacios a los delincuentes. Y para lograrlo comenzaremos por encender la luz. Introduciremos iluminación LED en las calles en todos los núcleos urbanos, iniciando por las zonas de mayor incidencia delictiva.
Implementaremos una completa red de videocámaras, incluyendo reconocimiento facial en las zonas de mayor cantidad de delitos. Así no solo mejoraremos la detección de delitos, sino que lograremos un fuerte efecto disuasorio.
Si hoy la gente dice que tiene miedo de salir a las calles, en mi gobierno serán los delincuentes que tendrán miedo de salir a las calles, porque les caerá todo el peso de la ley y de un gobierno que no le temblará el pulso para poner orden.
Por último, el programa PATRIA SEGURA garantizará la vigencia de la ley y el orden en toda la frontera, ahora más que nunca.
Implementaremos una verdadera barrera inteligente, mediante el fortalecimiento de la infraestructura, la tecnología y la presencia de las fuerzas armadas en los principales puntos de entrada al país.
Y al mismo tiempo, vamos a cerrar para siempre el espacio a la corrupción con la venta de visados y al tráfico de personas.
Porque ningún plan de desarrollo es viable, ni ningún futuro es realmente seguro, si no tenemos la capacidad de proteger nuestro territorio.
Señoras y señores,
Pasemos ahora al tercer bloque, al de mejora de los servicios públicos, que también preocupan a la gente. Porque el mejor camino que tiene un gobierno para aliviar la carga de los dominicanos, es garantizando servicios universales y de calidad, especialmente en lo que se refiere a educación, salud, seguridad, transporte y protección de los más vulnerables.
Por razones de tiempo, haré énfasis en dos servicios, que son los que más preocupan a la gente: educación y salud.
Según las evaluaciones diagnósticas del Ministerio de Educación, en el 2022 apenas un 19% de los estudiantes de tercer grado lograban un nivel satisfactorio de competencias matemáticas, y solo un 17% en el caso de lengua española. Un país sin educación no avanza.
Eso ha llevado a que seamos uno de los países donde un mayor porcentaje de empresas citan la baja calidad del sistema educativo como una limitante para desarrollar sus negocios, según datos del Foro Económico Mundial.
Yo quiero mejorar la calidad del sistema educativo hasta el punto que una familia clase media pueda tranquilamente enviar a sus hijos a una escuela pública del país.
Y para esto, todos los expertos coinciden en señalar que la clave son los docentes. Y puedo decirles que mi propia experiencia lo corrobora, pues vengo de una familia de profesores, y vi a mi madre cambiar la vida de cientos de jóvenes de nuestra comunidad.
Un docente preparado, tanto en la disciplina que enseña como en las técnicas pedagógicas adecuadas, motivado y con altas expectativas de sus estudiantes, es un docente capaz de transformar vidas.
Y por supuesto, la educación inicial. Llevaré a cada municipio del país una estancia infantil, con personal preparado, al igual que llevaré un centro CAID a cada provincia del país, para atender a los niños y niñas con discapacidad.
Potenciaremos el aprendizaje del inglés por inmersión en todas las escuelas secundarias del país con el programa República Dominicana bilingüe. Con la embajada norteamericana como aliada estratégica lograremos que, en un período de 10 años, todo dominicano entre 15 y 30 años sea bilingüe.
Además, estoy convencido de que debemos desarrollar la programación computacional como tercer idioma, mediante campamentos de programación que tan exitosamente se han desarrollado en países como España, lo cual permitiría gradualmente la expansión del bachillerato técnico en transformación digital.
Igualmente, con el PROGRAMA PRIMER PASO desarrollaremos 15 institutos de educación técnica superior en todo el país.
En alianza con el empresariado de cada región, lograremos que el currículo esté adaptado a las necesidades del mercado laboral.
De la misma forma, pondremos en marcha el Marco Nacional de Cualificaciones en todo el sistema educativo, incluyendo el ámbito universitario.
Las universidades, las empresas y la sociedad estarán en coordinación permanente para que los jóvenes aprendan lo que realmente demanda el mercado laboral presente y futuro y obtengan así empleos de calidad.
Siguiendo con la salud, los indicadores de salud han empeorado en todos los aspectos, un ejemplo de esto es la mortalidad materna y la mortalidad infantil, llevan cuatro años retrocediendo y nos colocan entre los países de peor desempeño en la región.
Nos enfocaremos en fortalecer el primer nivel de atención, porque sabemos que allí se resuelve la mayoría de los casos.
Esto nos permitiría reducir significativamente el costo del sistema y a la vez, ampliar la cobertura de los seguros de salud.
Además prestaremos atención a la gestión hospitalaria, con entrenamiento del personal e implementaremos el esquema digital de citas y el expediente digital de salud.
Amigos y amigas,
Hasta aquí mi exposición.
Podemos aprovechar este momento de reconfiguración de los bloques comerciales para crear una economía más diversificada y resiliente.
Aún podemos reformar los servicios públicos y la administración para crear una democracia cada vez más sólida, inclusiva y desde luego, estable.
Estamos a tiempo de tener un gobierno con técnicos sólidos y experimentados.
Este es mi compromiso, y la hoja de ruta está clara.
Soy Abel Martínez y tienen mi palabra.
Cuento con ustedes para avanzar con un proyecto de verdad y ustedes pueden contar conmigo para construir un futuro seguro para todo el pueblo dominicano.
Muchas gracias.