Por Ramón Antonio Negro Veras.
1.- En una sociedad con estructuras que generan desigualdad, y vicios sociales de diferentes naturaleza, cada quien está expuesto a ser alcanzado por la violencia, la criminalidad y la delincuencia en sus más variadas modalidades.
2.- Un ejemplo concreto de lo antes expuesto es el caso de mi hijo José Jordi Veras Rodríguez, quien por el hecho de cumplir con su deber como profesional del derecho, fue objeto de una tentativa de asesinato el día 2 de junio de 2010, al momento que se disponía entrar al local de un canal de televisión donde cumplía otra labor, pero como comunicador social.
3.- La acción criminal en la persona de Jordi, que le privó de la visión total en su ojo derecho, y lesiones permanentes en otras partes de su cuerpo, también ha causado daños materiales y espirituales, angustia, aflicción y pesar a toda su familia.
4.- la justicia dominicana es la que está llamada a dar respuesta a quien pagó para matar a Jordi, y a los que se organizaron para materializar el hecho, solamente así puede nuestra familia, y la sociedad, sentirse, en parte, aliviada por el daño recibido.
5.- Hasta tanto no se dicte una sentencia ejemplarizadora contra los que se asociaron para asesinar a Jordi, el crimen organizado va a seguir actuando en nuestro medio con la creencia de que goza de impunidad para llevar luto y pena a lo mejor de la sociedad dominicana, que aspira a vivir bajo un estado de seguridad plena.
6.- La única forma de generar tranquilidad en una sociedad, en la cual existen altos índices de criminalidad y delincuencia, es hacer que los miembros de la comunidad confíen en que los órganos jurisdiccionales funcionan con agilidad, y conforme a la ley y el derecho. De lo contrario, los hombres y mujeres de bien se sienten abandonados, a merced de lo que decidan aquellos que poner precio a la vida de los demás.
7.- El caso de mi hijo Jordi, ha servido para demostrar que la sociedad dominicana precisa de instrumentos legales que funcionen acorde con el desarrollo de los métodos que utilizan los criminales de hoy. Nuestro pueblo no puede estar indefenso ante asesinos que disponen de amplios recursos económicos, y equipos de alta tecnología para materializar sus designios criminales.