Por Ramón Antonio Veras
1.- La tentativa de asesinato contra mi hijo Jordi Veras, el 2 de junio de 2010, y de cuya acción criminal se cumplen ahora 37 meses, ha llevado dolor, angustia y pesar a toda nuestra familia.
2.- Confiamos que en el caso de nuestro hijo, se repondrá el sentido de la ley y la justicia; de no ser así resultaría lesionada la justicia misma, y la sociedad, que aspira y merece vivir bajo un estado de derecho y seguridad jurídica plena.
3.- Hemos sido sumamente pacientes ante los medios dilatorios utilizados por la asociación de criminales que procuró asesinar a Jordi. La posposición, en conjunto, durante 19 audiencias, no va a llevar a nuestra familia a la desesperación; el tiempo será, en todo caso, el mejor aliado para fortalecer nuestra convicción de que una sentencia ejemplarizadora será dictada, en su oportunidad, contra el equipo integrado por el que pagó para el crimen, y aquellos que lo planificaron y ejecutaron.
4.- La sociedad dominicana, que ha hecho suyo el caso de mi hijo, espera que la justicia alcance a los asesinos, porque solamente así se envía un mensaje de firmeza a quienes han hecho de la criminalidad organizada, en la modalidad sicariato, una nueva forma de llevar luto, dolor y aflicción al seno de la familia dominicana.
5.- Todos aquellos que tenemos la calidad de padres de familias, debemos estar conscientes de que estamos expuestos a ser víctimas de hechos dolorosos, como el que hemos tenido que soportar desde el mismo instante que tuvimos conocimiento del hecho criminal contra nuestro hijo Jordi Veras.
6.- El espiral de criminalidad que vive nuestro país en estos momentos, debe motivar a lo mejor de nuestro pueblo para que se mantenga alerta; y unificar a todos aquellos que no estamos dispuestos a comportarnos tímidos e indiferentes ante los hechos de sangre, que persiguen sembrar miedo colectivo en la sociedad dominicana.