Por Ramón Antonio Veras
1.- El martirio de mi familia, que se inició el 2 de junio de 2010, cuando mi hijo Jordi Veras, fue objeto de una tentativa de asesinato, se agudiza con el tiempo y hoy, al cumplirse 34 meses de esa acción criminal, la angustia se hace más desgarradora.
2.- Con motivo del balazo que hizo impacto en el pómulo izquierdo de su cara, Jordi sufrió, entre otras lesiones, la ruptura del nervio óptico de su ojo derecho y, como consecuencia, la pérdida total de la visión de ese órgano.
3.- Ante semejante situación, en el año 2010, a Jordi le fue colocada en el ojo derecho una media prótesis removible; pero en la medida que el ojo derecho ha ido perdiendo tamaño, las pestañas han penetrado al mismo, causando en un principio molestias, y ahora le están generando un fuerte dolor, así como dificultades en su ojo izquierdo.
4.- En el mes de julio de 2012, el especialista norteamericano doctor David de la Rocca, quien le hizo una intervención quirúrgica a Jordi en la cuenca de los ojos, le indicó que, por la condición que se encontraba el ojo derecho, debía someterse a otra operación, en un período no menor de un año, con el fin de evitar que se perdieran la movilidad de los músculos del ojo lesionado, que aun tenía algunos, porque de perderse esa oportunidad Jordi tendría que someterse, en el futuro, a una doble operación, consistentes en extirpar y hacer que los músculos se movieran.
5.- Ante semejante situación, ahora Jordi se ha visto precisado a viajar nuevamente a los Estados Unidos, a los fines de que se le practique, el próximo 5 de abril del año en curso, una nueva operación.
6.- Luego de la intervención, Jordi debe permanecer un día en el hospital, y regresar una semana después para chequeo post operatorio, siempre cuidándose de no tocar el ojo operado durante un mes.
7.-Después, el 5 de mayo próximo, Jordi debe regresar a los Estados Unidos para proceder a medirse el espacio del ojo derecho, para que se le confeccione una prótesis que sería ya en la forma de un ojo completo.
8.- Al mes siguiente, es decir, en junio próximo, Jordi debe volver a Estados Unidos para fines de prueba y colocación de la prótesis en el ojo derecho.
9.- En esta nueva intervención quirúrgica, como en las otras anteriores, Jordi va armado de su firme voluntad; con la convicción de que todo saldrá bien; consciente de que, como siempre, a su lado estará su familia, y los mejores hombres y mujeres sensibles del país, que en todo momento han hecho causa con él y con el dolor que han padecido sus seres queridos desde el momento que los asesinos pagados quisieron asesinarle.