Villa Codepo es un pequeño sector dentro de la provincia de Dajabón que se encuentra justo al borde del río Masacre, el cual marca de manera geográfica frontera entre República Dominicana y Haití.
Fue esa comunidad, que entre la tierra, el polvo, los alambres tendidos y sus calles deterioradas, recibió a las principales autoridades gubernamentales, encabezadas por el presidente Luis Abinader, y a los representantes de los principales medios de comunicación, quienes se juntaron allí para el acto del primer picazo del muro fronterizo “inteligente”.
Sin embargo, mientras los ojos del país estaban en el picazo de la verja que reforzará la seguridad de la frontera, los letreros de falta de pagos, las denuncias de falta de empleo, hacían sentir a los moradores de la zona como residentes de una comunidad “huérfana”.
“Ustedes solo enfocan lo bueno…, la calle estaba en peores condiciones de ahí, eso fue que ayer (sábado) como se sabía que venía el presidente le pasaron algo y arrinconaron las piedras que se encontraban en el medio; también estamos sin luz desde las 1:00 de la tarde de ayer, los alambres están tendidos ahí…, el agua ahora es que está viniendo pero nosotros hemos sabido pasarnos hasta semana sin ver agua potable”, cuenta Ive Medina, de 27 años de edad.
La madre de cuatro niños expresa que a pesar de que vio letreros de protestas y solicitudes, entiende que ella no debe de solicitarle nada al mandatario y que nunca ha tenido la necesidad de hacerlo “porque nunca han resuelto nada”.
“Yo no soy de esas personas de pedir algo porque como los dirigentes nunca se enfocan en las condiciones y en realidad todo es bulto y uno en las redes ve que hacen tantos préstamos y de tantas cantidades, y los que de verdad necesitamos, no vemos ninguna ayuda de eso…, en realidad yo nunca he estado esperanzada (con las autoridades) porque nunca he visto nada a favor mío que ellos hayan hecho”, manifestó Medina, quien lleva “toda su vida” residiendo en el sector.
El desempleo es una problemática que afecta a gran parte de la población joven y ni siquiera los profesionales se escapan, tal es el caso de Isaura Familia, quien recién el pasado mes de diciembre se graduó de Educación mención Ciencias Sociales.
“Ahora mismo nosotros los jóvenes pasamos mucho trabajo (para conseguir un empleo) aquí en Dajabón, ahora mismo no estoy trabajando y nosotros nos mantenemos (su pareja y sus dos hijos) con lo que él hace como Motoconcho”, expresó Familia.
La maestra afirmó que las veces que ha ido a buscar empleo muchas veces le han preguntado hasta por su simpatía política, aunque no se atrevió a asegurar que por esa razón no ha conseguido empleo.
No tan ácidas fueron las declaraciones de la señora Idalina Rodríguez quien dice que solo se necesitan “autoridades que se acuerden de que en Villa Codepo viven personas” para que se atiendan las necesidades básicas.
“Eso es lo que nosotros queremos que se acuerden de nosotros, de que en Villa Codepo hay personas y nosotros nos regocijamos cuando vemos que el presidente viene para acá porque significa que estamos en el mapa”, exclama Idalia, quien se mantiene con lo poco que le dan sus hijos y una pensión de tan solo RD$2,000 que recibe del ayuntamiento, ya que su fenecido esposo laboró allí por más de 20 años.
Mientras en los alrededores, otros vecinos se asomaban entre el perímetro realizados por militares y la seguridad presidencial para tratar de presencial lo que ocurría a las orillas del río; pero sabiendo que inmediatamente Abinader saliera de allí, volverían a ser “esa comunidad olvidada” dentro de la provincia fronteriza.