Muchas personas saben que son un desorden con la administración de sus ingresos, y no saben qué hacer para organizarse. Piensan que es muy complicado tener control de sus gastos y sujetarse a lo que les permiten los recursos que obtienen. Todo es cuestión de disponerse y buscar la asesoría adecuada.
El experto en finanzas personales, Joaquín Disla, en un taller organizado por el Banco del Progreso, aseguró que es posible lograr disciplina económica (manejo de los chelitos) sin ser miserables, o sea, sin dejar de hacer las cosas que nos gustan y nos dan satisfacción. Para esto, explicó que se debe romper con los nueve tipos de “cultura” que hacen que las y los dominicanos no tengan éxito en su vida económica.
Entre las nueve “culturas” señaló la del no-ahorro, del despilfarro, de la insensibilidad, de la apariencia, de la vergüenza, del merecimiento, del placer inmediato, del crédito fácil, y de la celebración. Explicó que muchos de los tropiezos de las personas en sus finanzas se deben a que asumen como un estilo de vida esquemas de pensamientos negativos, que suelen servir de justificación ante los constantes gastos que se hacen.
El experto aseguró que aún con los bajos salarios que perciben las personas, el ahorro es posible y que todo depende de asumir una actitud responsable respecto al uso de sus recursos, estableciendo prioridades en cuanto a las necesidades. Indica que al momento de hacer un gasto no basta con preguntarnos si necesitamos ese bien, y además nos debemos preguntar si es obligatorio hacerlo en ese momento.
CULTURA DEL NO AHORRO
Para poder detectar cuándo se asume esta cultura, Disla señala frases como “Dale pa`lante y no te preocupes que Dios proveerá”, “Somos hijos/as del dueño de la plata y el oro”, “El dinero está hecho, na`ma hay que salir a buscarlo”, “Mi familia no me va a dejar morir”, “Cuando uno se muere lo que uno se lleva es lo que uno gozó, y Pa`que lo goce otroÖlo gozo yo”.
CULTURA DEL DESPILFARRO
Quienes asumen esta cultura dicen hablan de esta manera: “Comamos y bebamos hoy que mañana moriremos”, “`Mientras haya un peso en la cartera, hay que buscar en qué gastarlo”. Disla indica que las personas piensan que las cosas siempre estarán bien y que nunca llegarán los tiempos de “vaca flaca”.
CULTURA DE LA INSENSIBILIDAD
Cuando el experto plantea el tema de la “cultura de la insensibilidad” refiere que muchas personas suelen comprar bienes y alimentos muchas veces sin necesitarlos y luego los dejan perder, sin calcular cuántos recursos invirtieron y cuántos pierden diariamente. Expuso, que las personas responden al modelo de consumo que se impone en la sociedad.
DE LA APARIENCIA
“Bulto, allante y movimiento” es la característica fundamental de quienes asumen este tipo de cultura. Siempre viven comprando cosas solo para sentirse parte de un grupo social al que realmente no pertenecen. Se endeudan solo para satisfacer su ego social.
DE LA VERGÜENZA
Las personas que asumen este estilo de vida regularmente gastan lo que no tienen para aparentar lo que no son ante personas que la mayoría de veces no conocen. Así grafica Disla esta cultura daña la vida económica y emocional de las personas.
DEL MERECIMIENTO
Ante el convencimiento de que los “chelitos” no alcanzan para nada, las personas cuando quieren darse un “gustico” suelen decir “Yo me lo merezco”, “Yo me he faja`o mucho este año para no darme este risorsito”, esta actitud anula la posibilidad de alcanzar metas como una casa propia.
DEL PLACER INMEDIATO
En este modelo de comportamiento las personas suelen dejarse arrastrar por las necesidades que de manera instantánea les puede crear un producto o bien. En esta tipo de cultura se suelen oír frases como “Lo quiero, pero para ya”, “Yo me lo voy a comprar, y si me muero mañana”.
DEL CRÉDITO FÁCIL
Muchas personas se dejan llevar por promociones y ofertas de entidades financieras, “Pase lo que tenga y lléveselo”, “Pague en seis meses”, “Por ser un buen cliente le duplicamos el límite de su tarjeta”, y esto les crea graves situaciones en el manejo de sus recursos.
DE LA CELEBRACIÓN
El dominicano siempre tiene un motivo para celebrar y no es malo, sin embargo, esto tiene un costo que muchas veces no es cuantificado, y que si se suma podría alcanzar para hacer algunas inversiones. ¿Has calculado cuánto te gastas al año en regalos, o en un “traguito social”?