Qué mujer no sueña con tener su casa ordenada y sobretodo, tener una cocina reluciente e impecable, algo que parece imposible dada la cantidad de trastes y grasa que se impregna en los distintos utensilios y electrodomésticos que utilizamos para cocinar.
Aunque no lo creas, conseguir que tu cocina se vea siempre como nueva, como si pareciera que no la utilizamos, es posible, si sigues los consejos dados por Good Housekeeping Institute, los cuales son más simples de lo que pudieras imaginar.
Aprovechar cualquier minuto. Los expertos en limpieza dicen que puedes aprovechar esos minutos que esperas mientras un platillo sale de la estufa o del refrigerador para asear lo sucio.
Saca las cosas que no son de la cocina. Muchas veces encontramos ropa o documentos en este sitio. Colócalos en su lugar.
Quita los trastes limpios. Saca del lavavajillas o del escurridor los platos en cuanto estén secos para que no se acumulen y puedas lavar rápido los sucios.
Revisa a diario tu refrigerador. Saca los alimentos que ya no estén buenos o caducados y limpia de inmediato cualquier derrame.
Ten un paño a la mano. Después de cada comida, limpia el lavaplatos o los grifos con agua caliente y jabón o bien con aerosol antibacterial y posteriormente, frota con el paño para que brillen. Lava y enjuaga el trapo y deja secar para usarlo al siguiente día.
Utiliza el extractor. Siempre que cocines enciéndelo y también es buena idea utilizar en tu estufa protector antisalpicaduras si vas a freír. También limpia de inmediato los líquidos que se derramen.
Limpia el horno. Luego de que lo utilizaste y se haya enfriado, limpia los derrames. Un tip es colocar un recipiente de agua resistente al calor en el interior, enciéndelo durante 20 minutos para que se afloje la grasa. Apaga, deja enfriar y luego limpia.
Barrer. Siempre es bueno darle una barrida a la cocina al final del día para recoger la suciedad y que esta no se extienda por toda la casa.