El expresidente Barack Obama y su esposa Michelle fueron vistos muy sonrientes el domingo pese a las explosivas acusaciones de su sucesor, Donald Tump, de que le intervinieron el teléfono durante la campaña electoral.
Obama, de 55 años, apareció muy casual y sonriente con una chamarra de cuero, jeans y gafas de sol, junto a su esposa de 53, con la que visitaron Galería Nacional de Arte de Washington .DC. La ex primera dama iba elegantísima, toda de negro, y también con gafas de sol.
La pareja no tenía aspecto de preocupada por las alegaciones de espionaje telefónico que lanzó Trump el sábado en Twitter y de su petición el Congreso para que investigue esta supuesta intervención de los teléfonos del magnate.
“Qué bajo del presidente Obama el haber intervenido mis teléfonos durante el sagrado tiempo de las elecciones. Esto es Nixon/Watergate. ¡Un tipo malo (o enfermo)!”.
De acuerdo a CNN, el FBI ha rechazado las acusaciones contra Obama y su director, James Comey, ha pedido al departamento de Justicia que no le dé ninguna credibilidad a lo que algunos consideran una teoría conspirativa generada con el fin de desviar la atención de los problemas que afronta la Casa Blanca.